Con el alma en pie

Ana Tudela

Semana de pasión

Mientras Pedro Sánchez formulaba nuevas medidas para responder a las consecuencias en las familias de la crisis generada por la guerra de Ucrania; mientras...

Mientras Pedro Sánchez formulaba nuevas medidas para responder a las consecuencias en las familias de la crisis generada por la guerra de Ucrania; mientras se revolvía frente a quienes, sin importarle, solo profundizaban en su estrategia de instrumentalización de las víctimas del terrorismo, se abría una nueva legislatura en el parlamento de Andalucía.

La política del relato se funde con la de la estrategia cansina, y en medio de todo este maremágnum sólo Pedro Sánchez aparece como valedor del interés público. Las acusaciones de las derechas curiosamente no llevan aparejadas propuestas para mejorar la vida de la gente, y la otra pelea, la de las emociones, la pierde claramente el PP en el debate sobre el estado de la nación pocos días después de ganarla en Andalucía.

A veces sueño con que la única estrategia sea cumplir lo prometido y trabajar para ello. Ya he hablado en varias ocasiones de quien apuesta a crecer generando frustración; pero no es menos inconsciente quien juega con los tiempos políticos perdiendo la posibilidad de construir un futuro. En este sentido, el anuncio del partido que sustenta al gobierno andaluz de que el tranvía “sufrirá otro retraso” era algo ciertamente temido si ganaba Moreno Bonilla. La Junta difícilmente iba a permitir que se viera al tranvía por las calles antes de las elecciones municipales, siendo Julio Millán alcalde.

En este tiempo, el alcalde ha hecho lo que tenía que hacer, olvidar la confrontación y colaborar todo lo posible para que el tranvía funcionase y para que la gente, que está harta de peleas, viera que el interés de su alcalde era el de la gente, con toda limpieza.

La respuesta de la Junta ha sido de “marraneo soterrado”, y ese “jugar con los tiempos” que no es sino una tomadura de pelo, no ya al consistorio jiennense, sino a toda una ciudad. Recién salidos de unas elecciones en la que consiguieron una clara mayoría absoluta, han entendido que “no hay quien les tosa”, y que ahora lo que toca es ganar las municipales; jugar con los tiempos, lo llaman, aunque también tiene mucho de jugar con la gente.

Ya casi no recordamos el tiempo que hace que el tranvía sigue en cocheras. Al final, esta Junta de Moreno Bonilla ha conseguido agotarnos a todos, agotar a la ciudadanía y agotar a un ayuntamiento que apostó por el diálogo, y solo recibió como premio un sainete al estilo de “vuelva usted mañana”.