Con perspectiva sureña

Antonia Merino

El aborto, un derecho en riesgo permanente

El derecho al aborto vuelve a estar cuestionado de nuevo por el ala más ultra y radical de la derecha de este país. Esta vez la polémica llega desde...

 El aborto, un derecho en riesgo permanente

Foto: EXTRA JAÉN

Vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (VOX).

El derecho al aborto vuelve a estar cuestionado de nuevo por el ala más ultra y radical de la derecha de este país. Esta vez la polémica llega desde el Gobierno de Castilla y León (PP-VOX). Su vicepresidente Juan García- Gallardo anunció hace unos días la aprobación de un protocolo de medidas para complicar emocionalmente la decisión de las mujeres. Este debate se produce, además, a escasas semanas de que el Tribunal Constitucional (TC) decida sobre el recurso presentado por el Partido Popular contra la Ley de Aborto aprobada en 2010 durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. A pesar de la evidencia de que prohibir el aborto no hace que haya menos, pero sí más muertes ya que son muchas las mujeres que arriesgan sus vidas para lograr su objetivo. La interrupción voluntaria del embarazo no es un plato de gusto para ninguna mujer, tampoco para aquellos sanitarios que defienden, llegado el caso, el derecho a practicarlo. La ley no obliga a abortar, sencillamente garantiza el acceso a una interrupción segura y legal a todas aquellas mujeres que, dadas sus circunstancias personales, deciden que la maternidad no es la mejor opción para su proyecto de vida. El aborto, por tanto, es una decisión única y exclusiva de la mujer, no de una ideología o de una religión. No todas las mujeres quieren ser madres ni todos los momentos o circunstancias son los más adecuados para serlo. Entender esto es fundamental; elegir es nuestro derecho y este derecho tiene que ir acompañado de una buena educación sexual. Como decía la escritora Almudena Grandes: “El conocimiento es poder, un arma tan importante como las consignas y las pancartas, porque ningún factor ha hecho tanto daño a las mujeres que afrontan un embarazo no deseado como la ignorancia, el oscurantismo y la manipulación ideológica”. Aunque no hay que irse a Londres como en la década de los sesenta, aún hay miles de españolas que encuentran dificultades para ejercer su derecho al aborto viéndose obligadas a salir de su provincia (entre ellas las de Jaén), incluso de su comunidad; por eso, no podemos olvidar que cualquier paso atrás en los derechos de las mujeres, por lejano que parezca, nos afecta a todas.