Con perspectiva sureña

Antonia Merino

El “chollo” de la sanidad privada

La sanidad pública, una de las joyas de la corona de la España contemporánea, afronta serios problemas en casi todas las comunidades autónomas, pero las...

 El “chollo” de la sanidad privada

Foto: EXTRA JAÉN

Sanidad Privada.

La sanidad pública, una de las joyas de la corona de la España contemporánea, afronta serios problemas en casi todas las comunidades autónomas, pero las señales de alerta que nos llegan en concreto desde la comunidad de Madrid, gobernada por el PP, no nos dejan mucho margen de error. Sobre todo cuando comenzamos a vivir en nuestras propias carnes esas carencias que denuncian los madrileños. Esperas largas en la asistencia primaria, colapso en las urgencias, citas con los especialistas que se demoran meses y meses, y todo esto sucede en un contexto de una aparente tranquilidad y que termina en ocasiones (todo depende del bolsillo de cada uno) en la sanidad privada como una salida rápida a un problema de salud. Independientemente del nivel socioeconómico de cada uno, es la sanidad pública la única que nos garantiza el acceso a una atención especializada. Por ello, es oportuno insistir en que la privada te atiende en función del tipo de póliza médica que se suscriba; es decir, en función de la cuota que abones y de cuáles sean tus antecedentes médicos. Si, por cuestión del azar, una persona nace con una enfermedad hereditaria o tiene informes familiares de enfermedades importantes, puede verse en la situación de que su aseguradora se niegue a cubrir el tratamiento a no ser que el paciente disponga de una jugosa cuenta corriente. El negocio en este tipo de seguros está por encima de los principios de la solidaridad y altruismo que lleva en su ADN la sanidad pública. Así, hemos visto como el gasto sanitario privado se ha ido incrementando año por año en nuestro país; en el caso de Andalucía se han disparado las pólizas de seguro privado situándonos casi al mismo nivel que Madrid y Cataluña. Ante este panorama, es fundamental recordar cuál es el valor de la sanidad pública y por qué existen motivos de sobra para defenderla y protegerla frente a aquellos que han utilizado la crisis para tomar medidas basadas en una ideología y en el negocio y no en el bienestar común. Con la sanidad pública nadie tiene que pagar un duro al salir del hospital: se atiende exactamente igual a quien sí hubiera podido pagarlo como a quien no llega a final de mes y eso se llama Seguridad Social. La sanidad pública se financia con nuestros impuestos y todo lo que implique privatización es regalar recursos públicos a las empresas privadas. Reducir impuestos implica hoy en España, como vemos en Madrid y ya empezamos a vislumbrar en Andalucía, el deterioro de la calidad de los servicios públicos, ya sea la educación o la sanidad.