No podemos decir que Juan Manuel Moreno Bonilla haya empezado la semana con buen pie. Hay meteduras de pata que te pueden perseguir hasta los restos y la de este lunes es una de ellas. Con esa incontestable mayoría absoluta, el presidente de la Junta de Andalucía se ha estrenado con unas palabras inadmisibles y, sobre todo, ofensivas para las andaluzas y para cualquier mujer. Su explicación de por qué ahora hay más mujeres que hombres en su Gobierno no ha dejado a nadie o a casi nadie indiferente. "No es fruto ni de una imposición legal ni de una necesidad, sino que es fruto de que nuestra sociedad afortunadamente después de muchas décadas las mujeres han adquirido capacidad, formación y las posibilidades de poder competir por responsabilidades…", aseguró. Y después añadió: "Eso hace que hoy, a diferencia de años anteriores, podamos disponer de mujeres con una enorme capacitación y experiencia". ¿Acaso ellos, los hombres, sí estaban capacitados para asumir cualquier responsabilidad de gobierno? ¿Acaso usted quería despreciar a las mujeres de izquierda que con anterioridad tuvieron un cargo en la Junta? ¿Acaso las mujeres de su partido, no las de ahora, las de antes carecían de esa cualificación? ¿Acaso usted, señor presidente, se cree que está capacitado para gobernarnos? ¿Qué le parece si ponemos encima de la mesa los CV de algunas mujeres andaluzas y los comparamos con el suyo? La valía de las mujeres de esta tierra es incuestionable. Antes y ahora. Desde Victoria Kent pasando por María Zambrano, por no hablar de las seis primeras diputadas andaluzas: Ángeles Cobo, Amparo Rubiales, Hortensia Gutiérrez del Álamo y Amalia Jiménez (Grupo Parlamentario Socialista), Pilar Pulgar (Centrista Andaluz) y Carmen Martínez Rodríguez (Alianza Popular de Andalucía) que abrieron camino al resto. Podríamos pensar que ha sido una improvisación, pero el subconsciente una vez más le ha fallado. Solo con ver cómo ha eliminado la Consejería de Igualdad y la posterior pirueta del cambio de nombre hora después de anunciar el nuevo gobierno entenderemos cuál será el espíritu de su gobierno en asuntos tan sumamente delicados relacionados con la mujer como la violencia de género. Las mayorías absolutas nunca son un cheque en blanco, Sr. Presidente. Y lo de la capacitación, es innegable que si algo nos demuestra la política es que cualquiera puede llegar a un cargo e incluso mantenerse en él, aunque sean evidentes sus carencias formativas.
Antonia Merino
Con perspectiva sureñaMal empezamos
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