Desde el Castillo

Gabino Puche Rodríguez-Acosta

Impuesto sobre el Patrimonio

El impuesto sobre el Patrimonio es un tributo que grava el patrimonio neto de las personas físicas, es decir, el conjunto de bienes y derechos de contenido...

El impuesto sobre el Patrimonio es un tributo que grava el patrimonio neto de las personas físicas, es decir, el conjunto de bienes y derechos de contenido económico de los que eres titular. En España se comenzó a aplicar en el año 1977 con motivo de la reforma fiscal realizada durante el periodo de la transición política.

Desde su implantación fue considerado por numerosos expertos fiscales, economistas, etc., como un impuesto injusto, anacrónico, regresivo y limitante. También fue criticado porque producía duplicidad e ineficacia en su aplicación y no aseguraba la prevalencia de los principios de proporcionalidad y no discriminación, suponía gravar lo que había sido gravado con anterioridad, es decir, que una persona que tiene un patrimonio paga diversos impuestos, cuando lo adquiere, cuando lo mantiene y hasta cuando deja de tenerlo y con todo eso, además le ponemos un impuesto sobre el Patrimonio que supone un castigo para la persona que con su esfuerzo ha conseguido construirlo.

Como hemos visto, ese impuesto sobre el Patrimonio siempre fue criticado y siempre fue objeto de debate y de polémica. Desde mi punto de vista y creo que con muy buen criterio, el Partido Popular y su presidente en Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, proponía en su programa electoral la supresión del mencionado impuesto. Una vez ganadas las elecciones y constituido el nuevo Gobierno en Andalucía que preside el Sr. Moreno Bonilla, cumpliendo su promesa electoral -cosa que por cierto otros no hacían- ha anunciado la supresión del mencionado impuesto sobre el Patrimonio. Ese anuncio ha sido muy bien recibido por la mayoría de la población y por todos los círculos de ámbito empresarial y económico, sin embargo, ha provocado una reacción, a la vez que increíble, desproporcionada y furibunda por parte del Gobierno de España y del Partido Socialista.

La lamentable reacción del Gobierno y del PSOE no tiene justificación, ni técnica, ni legal, solamente se puede justificar desde la demagogia. Sus argumentos son tan peregrinos y tan manidos, como que se trata de quitar impuestos a los ricos, que se hace competencia desleal a otras Comunidades Autónomas, o que se ponen en peligro los servicios públicos de Andalucía. Nada más alejado de la realidad.

Conviene recordar que la Constitución Española garantiza la cesión de la regulación de algunos impuestos a las Comunidades Autónomas, como es el caso del Impuesto sobre el Patrimonio, de manera que estas obtienen el total de la recaudación, se encargan de su gestión y pueden regular su mínimo exento, su tarifa y sus deducciones. Todas las Autonomías pueden por tanto decidir lo mismo que ya ha decidido Madrid y Andalucía, lo cual descalifica el argumento socialista de realizar competencia desleal.

Por otra parte, los socialistas decían en su programa electoral nacional del 2008: “Eliminaremos el impuesto sobre el Patrimonio en la próxima legislatura, porque grava el ahorro de las rentas medias y por falta de equidad horizontal y vertical”. Entonces era suprimir impuestos a las rentas medias, ahora es suprimir impuestos a los ricos, qué falta de coherencia y qué falta de dignidad.


Por otra parte, los Servicios Públicos de Andalucía, al contrario del anuncio socialista, se verán beneficiados e incrementados, porque la supresión del Impuesto de Patrimonio genera confianza para atraer la inversión privada, que en definitiva, es la que crea riqueza, crea empresas, produce beneficios, genera empleo y crecimiento económico.

Bajando impuestos en Andalucía ya se ha demostrado que se recauda más, concretamente la subvención al impuesto de Sucesiones y Donaciones, ha permitido recaudar 920 millones más, que se han dedicado a reforzar los Servicios Públicos en Sanidad, Educación, Carreteras etc., ha conseguido aumentar en 280.000 los contribuyentes e incrementar la población en 80.000 habitantes.

A la vista está que existen diferencias entre los gobiernos del Partido Socialista y del Partido Popular en Andalucía, también, porque la confianza del Gobierno que preside Juan Manuel Moreno descansa en los andaluces, porque cree en los ciudadanos andaluces y porque sabe que Andalucía es obra de todos.

Porque en Andalucía hay un lugar para todos. En Andalucía hay un lugar para la forma de construir una Comunidad; hay un lugar para la solidaridad, para la seriedad y para la reflexión; hay un lugar para el desarrollo económico, la creatividad y la competitividad; hay un lugar para el buen hacer, la ética, la honradez y la eficacia; hay un lugar para la imaginación, el buen Gobierno y las ganas de trabajar.