En esos momentos de debilidad donde uno tiende a buscar la fortaleza en cualquier sitio, me viene aquella frase del genio Einstein que decía que “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica: la voluntad”. Sin embargo, pese a que la voluntad se mueve gracias a los motores de la ilusión, la motivación o la necesidad, casi nunca es suficiente para triunfar y, entonces, hay que invocar a las nueve musas. Aquellas hijas de Zeus y de Mnemósine (diosa de la memoria) que inspiraban a los artistas. Aún así, puede que también dependas de una décima musa: la casualidad. Esa que te permite estar en el momento preciso y en el sitio exacto. Sí, todos estos requisitos suelen ser los necesarios para cumplir tu sueño a día de hoy porque vivimos en tiempos extraños donde ya no se valora el mérito. Tiempos en los que lo peor de la sociedad ocupa las horas más vistas en televisión. En los que las bandas tributo, simples imitadoras de grandes músicos, llenan salas de conciertos mientras que escritores sin talento publican libros aprovechándose de alguna desgracia personal. Raros tiempos sin referentes ni valores donde no vale solo con agarrarse a esa fuerza de la que hablaba Albert Einstein para lograr tus objetivos y conseguir el éxito que, por supuesto, no siempre irá acompañado del reconocimiento porque, hablando de voluntad, este está supeditado al arbitrario y excéntrico capricho de la voluntad del pueblo.
“Will of the people” (la voluntad del pueblo) es el noveno y último álbum del súper trío británico “Muse” que, como sabéis, significa musa en inglés. Un disco que vio la luz el pasado viernes 26 de agosto y que cumple con todos los requisitos para conseguir el éxito: la fuerza de la voluntad, la inspiración divina y aparecer en el momento preciso y en el sitio exacto. Desgarrador y versátil, se trata de un trabajo discográfico en el que esta banda liderada por Matt Bellamy no comete el estúpido error post pandémico de otros muchos grupos que crearon composiciones alegres y alentadoras como si el público fuese tonto o no pudiera soportar los malos momentos. No, el rock debe ir acorde con su época y con el sentir de la sociedad. Sin complejos ni búsqueda del aplauso fácil. Así, en las diez canciones que integran este álbum, se refleja el suspense y el desequilibrio que vivimos en la actualidad. Una incertidumbre agravada por la debilidad de las democracias y los desastres naturales provocados como consecuencia del cambio climático. “Will of te people” presenta una gran variedad de estilos que discurren insaciables desde el “pop” al “metal” poniendo un especial énfasis en la electrónica. Un álbum ornamentado y muy original que será referente para otros artistas en el futuro y que, entre muchos matices, destaca el rocanrolero y reivindicativo tema homónimo al disco, la balada muy de Queen llamada “Liberation”, la melodía rítmica y popera que da paso a un estribillo épico en “Won’t stand down”, la más diferente por minimalista dentro de una obra rococó “Ghosts (how can I move)”, el electrorock perfecto para una película de terror “You make me feel like it’s Halloween”, la poderosa electrónica que destila angustia y desesperación en “Kill or be killed”, la atmosférica a lo “Coldplay” titulada “Verona” o el movido “Dance rock” de “Euphoria”.
Esta imprescindible obra de arte de los siempre sorprendentes “Muse” termina con “We are fucking fucked”. Un rock apocalíptico que no necesita traducción porque, justo así, como dice el título de la canción, nos sentimos todos los que hemos disfrutado viendo en el escenario a la gran bajista Mey Alean, la vampiresa y elegante “afiladora” de nuestra “María Guadaña” que, lamentablemente, dejó este mundo hace unos días. Mey, no solo no te olvidaremos sino que tu recuerdo nos ayudará en esos momentos de debilidad donde uno tiende a buscar la fortaleza en cualquier sitio.
Juan Manuel Vallecillo
El arpa de DoroteaMuse: Will of the People
En esos momentos de debilidad donde uno tiende a buscar la fortaleza en cualquier sitio, me viene aquella frase del genio Einstein que decía...
Foto: Nick Fancher.
Muse.