El arpa de Dorotea

Juan Manuel Vallecillo

Paulo Londra: Nublado

“Nublado” es el último single que, con un divertido video clip, ha lanzado el famosísimo rapero argentino Paulo Londra

 Paulo Londra: Nublado

Foto: Eugenio Mazzinghi

Paulo Londra.


Si tenemos en cuenta que la vida es un suspiro, deberíamos intentar acercarnos más o mejor a nuestros hijos, a nuestros jóvenes. A esa generación que, al menos, podría alargar un poco nuestro humilde legado. En este sentido, aunque no me puedo quejar de la relación que mantengo con mi heredero, hay que aprender, sin duda, de los abuelos y abuelas. Todavía no sé cómo lo hacen para encontrar tantos puntos en común y complicidad con sus nietos a pesar de estar tan separados por la edad. Algunos me diréis que es porque no tienen la misma responsabilidad en la educación que los padres y es muy posible que llevéis razón. Sin embargo, no me negaréis que los yayos y yayas pueden expresarse de una manera tan mágica que las voces del pasado abran las puertas del futuro y que, encima, no solo sean sabios por este motivo sino porque también saben cuando no hay que hablar. Virtudes que nacen en esa última etapa en la que quieren llenar todos los momentos de calidad y calidez. Los niños, mientras tanto, se rebelan contra sus progenitores a la vez que estrechan aún más su relación con los abuelos porque ambos, abuelos y nietos, son conscientes de que tienen un cruel enemigo en común: el tiempo. Así, si tenemos en cuenta que la vida es un suspiro, hagamos que el tiempo que nos queda no esté nublado.
“Nublado” es el último single que, con un divertido video clip, ha lanzado el famosísimo rapero argentino Paulo Londra. Un tema fresco, pegadizo y con formidables arreglos en el que se demuestra la preciosa relación que pueden sostener un yayo y un nieto tan dispares como el rock y el trap. Una canción, esta sí, que cantamos “a grito pelao” mi hijo y yo en el coche provocando las sonrisas de quien nos adelanta. Sí, una composición musical que acerca generaciones y crea momentos inolvidables llenos de complicidad porque, al igual que los abuelos y abuelas, tiene la capacidad de unir.
Lo mismo que a todos, me encanta la música con la que crecí pero no pierdo el tiempo en defenderla como lo mejor que se ha hecho y tampoco en criticar ni menospreciar lo que se hace ahora. No lo hago porque es mentira. Cada cosa tiene su momento y la verdad es que ya se marchitaron las flores con las que jugaba “la chica de ayer” y el “cadillac solitario” lleva mucho tiempo acompañado de otras chatarras en algún desguace. No me importa que lo hagan otros coetáneos míos porque entiendo que se dejan llevar por la nostalgia. Lo que sí me molesta un poco es que no estén al día. Que no sepan, por ejemplo, que, hace diez años, en la plaza Rivadavia de Buenos Aires, se produjo una explosión artística comparable, por la cantidad de talentos que coincidieron en el mismo tiempo y lugar, a la generación del 27. “El quinto escalón” fue una competencia “freestyle” rap. Lo que coloquialmente llamamos batallas de gallos. Allí, a la vista de todos, improvisaban rimas rapeando gente que ahora llena estadios con facilidad y tiene millones de visualizaciones cada vez que sacan un video clip. Hablo de Bizarrap como productor, Ecko, Wos, Lit Killah, Trueno y, sobre todo, Duki y Paulo Londra. Ellos, junto a la envolvente y sensual voz de Nicki Nicole, son los exitosos artistas urbanos, reyes del trap y el hip hop argentino que es reconocido y valorado en todo el planeta.
Para vuestra tranquilidad, veréis que Paulo Londra no habla en sus temas sobre drogas, violencia o misoginia y, aparte de eso, quiero agradecerle que, en este single, tenga una potente batería detrás y su baterista grite el “¡¡one two three four!!” ¡Ya era hora! Se me había olvidado, rockeros. Menos mal que ha venido el rapero para recordarlo.
“Nublado”, además, es una canción que da fuerza y energía. Aire fresco que llena los pulmones de un oxígeno vital para respirar, sobre todo, si tenemos en cuenta que la vida es un suspiro.