Necesitamos un despertar de la consciencia para sentirnos, por fin, libres. Esclavos de la tecnología y de la luz eléctrica, vivimos aislados de la naturaleza y hemos perdido nuestros instintos más primarios. Lo que ocurre es que, para despertar, es importante dormir bien y, sin embargo, el insomnio se ha convertido en algo cotidiano. Damos vueltas a la hora de acostarnos y, después, amanecemos con ganas de seguir en la cama. Estamos en una constante lucha contra nuestro propio reloj biológico y contra nuestra fisiología mientras obedecemos a cualquier señal del móvil o del ordenador.
La periodista británica Linda Geddes, alarmada por los niveles de insomnio que hay en ciudades con mucha contaminación lumínica y asesorada por investigadores del sueño, realizó un experimento que consistía en vivir suprimiendo en todo lo posible la electricidad y, sobre todo, la luz azul. La que es emitida por celulares y portátiles. En pocas semanas, consiguió lo que hacía años no lograba: dormir profundamente del tirón durante toda la noche y levantarse activa y atenta a todo lo que ocurría a su alrededor. De esto hace ya 5 años y, desde entonces, no ha vuelto a necesitar un despertador.
El “Despertador” que sí sonó con rotundidad el pasado 15 de julio en la sala La Mecánica de Jaén fue la canción con ese nombre incluida en “Hogar”, el último EP de Los Bizarros presentado esa noche junto a muchos de sus antiguos temas en un concierto memorable y con gran éxito de público. Un recital que empezó potente y sin pausas con composiciones como “Este siglo me va a matar”, “Mi perro negro”, “Ataca” o la endiablada y “ramonera” “Hora de ver a mi dulce amor”. Así, Los Bizarros iban desplegando su genuino estilo nacido de una amalgama de influencias de grandes clásicos que, como resultado final, en mi opinión, ha desembocado en una chulería melancólica parecida a la de “Los Enemigos” si hablamos de rock o a la de “La Dama se Esconde” cuando, en alguna ocasión, se vuelven más poperos. Tras la extraña dulzura de “El mediocre hombre del tiempo” y la sublime originalidad de “Embótame”, nos sorprendieron con dos prometedoras canciones nuevas: “Poniente” y “Tu amor”. Entonces, llegó la sección más roncarolera del concierto con “No estoy de tu parte”, “La señorita X y yo”, “Metal, humano y animal” y “Algo extraño en el aire” que fue la plataforma perfecta para presentar, una tras otra, las joyas de su nuevo álbum. El trabajo más profundo y pausado de “Los Bizarros” en el que, sobre excepcionales melodías, se saborea la mejor cualidad de la banda: sus letras. Carlos Oya, vocalista, guitarrista y líder del grupo, muestra siempre su enorme capacidad para contar historias ya sea en los artículos de su blog “Mismo perro, mismo collar” como en sus canciones. No obstante, si tienes el talento y, además, el amor te abandona, no solo te ocurren tonterías como llorar abrazado a la almohada o ver constantemente el mismo modelo de coche por la M-40, también se pueden componer obras de arte como “Luz que no llega”. Junto a Carlos, Los Bizarros se componen del bajista Alberto Oya, el versátil guitarrista Rafa Hidalgo y, para esta ocasión, el baterista Juanto Pop que sustituía a Jorge Oya. Todos nos tocaron el corazón con canciones como “Hogar”, “Se acabó”, “cbgb”, la mencionada “Despertador” y otra creación nueva llamada “Los senderos del Señor” con la que pretendían terminar pero, como el público no les dejó, nos regalaron un magnífico bis con las emblemáticas “Amor espía” y “En la cuneta”.
De esta manera, Los Bizarros, durante el concierto presentación de su EP “Hogar”, nos hicieron disfrutar y nos conmovieron. En consecuencia, pudimos percibir que estamos vivos y que necesitamos un despertar de la consciencia para sentirnos, por fin, libres.
Juan Manuel Vallecillo
El arpa de DoroteaLos Bizarros, en directo
Necesitamos un despertar de la consciencia para sentirnos, por fin, libres. Esclavos de la tecnología y de la luz eléctrica, vivimos aislados de la naturaleza..
Foto: PILAR MIRALLES
Los Bizarros en directo.