El arpa de Dorotea

Juan Manuel Vallecillo

Turmalina: Turistas

Por mucho que lo intente, ya no puedo volver a Diciembre. Habrá que seguir aguantando los tremendos calores de este casi verano porque es imposible viajar...

 Turmalina: Turistas

Foto: Victor_rgb

Turnalina


Por mucho que lo intente, ya no puedo volver a Diciembre. Habrá que seguir aguantando los tremendos calores de este casi verano porque es imposible viajar al pasado. Sí, con más ingenio que método científico, el famoso físico Stephen Hawking lo demostró. Resulta que, en 2009, organizó una fiesta para viajeros del tiempo a la que, por supuesto, nadie asistió. Él se quedó varias horas esperando en un elegante salón de la universidad de Cambridge que había sido decorado con globos y un enorme cartel de bienvenida donde no faltaban toda clase de aperitivos y champán. Luego, cuando se cansó de esperar, envió la invitación por internet y por todos los medios a su alcance con las coordenadas precisas de tiempo y espacio puesto que, si la iban a leer en el porvenir, daba igual mandarla después del guateque. Así, como él mismo dijo, “si se pudiera viajar en el tiempo, ¿dónde están los turistas del futuro?” ¿Os lo imagináis? Sería horrible ver cómo se inundan las redes sociales de selfies con Jesucristo detrás mientras lleva la cruz, de fotos al lado de Napoleón imitándole con la mano en el pecho o, lo que es peor, de imágenes con el brazo extendido junto a Hitler. ¿Creéis que exagero? No, con la estupidez humana nunca se exagera. Siempre veo, en los mejores momentos de un concierto, a la gente mirándolo a través de la pequeña pantalla de un celular sabiendo que el sonido y las luces nunca serán igual que si lo disfrutan viéndolo. Empequeñeciendo lo grande porque lo importante ya no es sentir sino que los demás sepan que están allí. ¡Vaya! Mucho me temo que, con el móvil entre los dedos, hemos cambiado aquello de vivir por aparentar y lo de ser personas por ser solo turistas.
“Turistas” es el pegadizo primer single del próximo LP de los gaditanos “Turmalina”. Una canción arrolladora que justo habla de eso. De la ausencia de nuestra esencia por la tonta incongruencia de vivir de la apariencia con el fin de ser tendencia. De perder la coherencia y, en consecuencia, llegar a la demencia solo por tener audiencia y conseguir cierta influencia. Disculpad si rimo con frecuencia o permitidme esta licencia. A veces ha sido coincidencia.
Con este tema, lanzado junto a un gran video clip el pasado viernes 10 de junio, el grupo parece renovar su estilo y la naturalidad se impone al artificio, la artesanía guitarrera a los efectos, la potencia a los matices y el pop-rock al indie. Sin embargo, tanto antes como ahora, tengo que decir a los que no los conocéis que os estoy haciendo el generoso regalo de presentaros a una de las mejores bandas del panorama nacional actual pese a que no han tenido aún ese merecido reconocimiento. De nada. No obstante, estoy convencido de que, tras sus magníficos álbumes (“Hasta que los pulsos paren”, “Vértigo y victoria” y “El golpe que nos quede”), comienza el ciclo de confirmación para Turmalina que está compuesto por el simpar Fran Garrido al bajo, el contundente y siempre inspirado Adri Ramírez a la batería, el creativo Pablo Donato Pablos a la guitarra solista y la carismática Ángeles Jiménez, teclados, guitarra y una de las voces más atractivas y envolventes de nuestro país. Un cuarteto selecto que, debido a su constancia, preparación y talento, consigue llegar a la excelencia en cada uno de sus trabajos discográficos y en todas sus actuaciones en directo. Ahora, gracias a la canción “Turistas” de Turmalina, trato de sobrellevar algo mejor los sofocos y el agobio de este ardiente y desolador infierno de junio que no tiene piedad ni ninguna solución porque… ¡¡maldito Stephen Hawking!!, por mucho que lo intente, ya no puedo volver a Diciembre.