Con la navidad a la vuelta de una esquina iluminada, la política de la oposición no parece haber alcanzado siquiera un mínimo estado de iluminación. El señor Feijóo ha recuperado de la papelera del Congreso a todo un equipo de archienemigos/as de la razón para hacer frente a un gobierno elegido en las urnas del parlamentarismo. Han intentado con argucias, vilezas y violencia callejera, desacreditar a Pedro Sánchez, consiguiendo con ello el efecto contrario al deseado. No se puede desacreditar a un demócrata con un grupo de nazis incendiando las calles. Tampoco se puede desacreditar a un demócrata, precisamente en una plaza pública por muy llena que esté de supuestos/as constitucionalistas que enarbolan la bandera del odio y no de la Constitución. Todo el mundo tiene derecho a manifestar su opinión, pero, ¿lo han hecho igualmente ante la desacreditación de los servicios públicos por parte del partido al que apoyan con tanta vehemencia desbordada? Indudablemente no apoyan más que sus propios intereses económicos porque el PP ya no solamente se ha convertido en lobby de los sionistas y en portavoces de la barbaridad indecente de sus dirigentes, sino que les importa poco o nada, el Estado propio si no pueden sacar tajada de ello. Posicionados en una derecha tan antigua y desacreditada como la derecha corrupta de Aznar y Rajoy, quieren conseguir como por arte de magia, que las personas de este país les apoyen de manera incondicional en su deriva ultraderechista. Y es que viven dentro de una burbuja contaminada con demasiado dióxido de carbono, el cual les hace tener alucinaciones diarias como la de que el señor Feijóo no ha sido presidente del gobierno porque no ha querido. Esto supuestamente le habría de conferir una imagen iluminada por el alto sacrifico a la nación y a la causa de la alta moral pero lo único que ha conseguido demostrar es su alta estupidez política. Y de nuevo se atrincheran en un gabinete de oposición tan a la derecha que se escoran por la gran concentración a estribor de pesos muertos de la política. Sin duda pueden celebrar su falta de inteligencia como un logro porque realmente han logrado este objetivo y aunque tengan secuestrada a cierta parte de la judicatura y a ciertos jueces agradecidos, lo realmente importante y por ello motivo de celebración navideña por partida doble, es que no están en el “gobierno federal” y tampoco se les espera.
Rubén Beat
El ocaso de los perdedoresCastillo de naipes
El señor Feijóo ha recuperado de la papelera del Congreso a todo un equipo de archienemigos/as de la razón