Mediodía en la provincia de Jaén

David Avilés Pascual, presidente de la Asociación Rural Mediterránea

El mar de olivos de Jaén

Opinión de David Avilés Pascual, presidente de la Asociación Rural Mediterránea

Los que contamos ya con más años de los que quisiéramos, hemos conocido otro paisaje, podríamos decir que otro Jaén. En mi tierra, en la Sierra de Segura, los montes donde la orografía lo permitía, estaban plantados de olivas, las escasas llanuras se dedicaban al cereal y los regadíos, pues eso, a hortalizas, frutales y forraje. Otro tanto ocurría en el resto de la provincia. De mi primer viaje a Baeza a examinarme de Bachiller (aún no existía el Instituto de Úbeda), recuerdo las blancas tierras de los pueblos de la Comarca de la Loma, con sus interminables campos de trigo y también de garbanzos, según nos dijo el Maestro.

Mucho más tarde, con el ingreso de nuestro país en la Unión Europea, llegaron las subvenciones al campo y, digamos que, de forma generosa, al olivar. El gobierno de Felipe González logró un trato que yo me atrevería a calificar de privilegiado para este cultivo. La consecuencia inmediata fue una sustancial mejora de la renta de los olivareros, pero, también, en Jaén, que casi la totalidad de las tierras, incluidas las de regadío, fueran plantadas de olivos.

Hoy, nos encontramos en una encrucijada de la que no acertamos a salir. La regresión demográfica es ya generalizada en toda la provincia y no conseguimos vislumbrar una salida. Todos coincidimos en que el olivar debe seguir siendo el principal motor de la economía  pero, ¿el único? Desde luego que no. Jaén dispone de abundantes y fértiles tierras de regadío, hoy olivares, que podrían dedicarse, en parte, a la siembra de hortalizas, leguminosas, oleaginosas y otros cultivos que aporten un mayor rendimiento económico al agricultor, más empleo, a la vez que menos estacionalizado y contribuyan a la tan ansiada diversificación de la economía provincial, ya que se desarrollaría, en paralelo, una importante industria agroalimentaria.



Ejemplos los hay: Murcia, Almería, la Costa Tropical, Huelva…lo están logrando. Tenemos una responsabilidad compartida. Entre todos hemos llegado hasta esta situación y, del mismo modo, hemos de salir de ella. Decía el famoso arquitecto Andrés de Vandelvira, de Alcaraz, Albacete, que se tenía que venir a “las ricas tierras del Andalucía” (en realidad a Jaén) a construir sus iglesias y catedrales. Hoy, de esas fértiles tierras, insisto, de los regadíos, podríamos estar consiguiendo una mayor riqueza.