Por muy pintoresco que parezca, por muy ridículo o por muy carne de meme que sean, la cosa no tiene ni pizca de gracia. Se ha abierto una caja frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz, de la que ha salido todo un freakshow de personajes que parecían enterrados en la historia negra reciente de este país.
Toda una panoplia de fascistas, neonazis, falangistas, agitadores pseudoperiodistas y sobre todo, una miríada de entidades en el entorno de “El Yunque”, esa sociedad secreta ultracatólica de la que todos sus miembros dicen que no existe han puesto encima de la mesa que el “franquismo sociológico” vuelve sin complejos. Los que antes se avergonzaban, hoy exhiben orgullosamente sus peligrosas ideologías totalitarias. Además, acusando al resto de proponer lo que ellos proponen, con una repugnante aplicación del principio de transposición. Sólo tratar benevolentemente al régimen genocida anterior ya me provoca arcadas.
Rezar el rosario para la salvación de España nos devuelve al tercer milagro de Fátima, con la virgen interviniendo en los asuntos políticos de este país. Gracias señora, pero por mi ahórreselo. Ya hizo usted el milagro de que el franquismo pura cepa se trasmutara en demócratas de toda la vida, que dan lecciones de democracia con la foto del generalísimo en el comedor de sus casas.
Insinuar siquiera, que el presidente electo de un país podría acabar colgado por los pies como Mussolini es traspasar unas barreras que parecería increíble que salieran de la boca de un diputado electo. Evidentemente de familia de rancio abolengo que pertenece a los conversos del grupo anterior. Que siguen mirando hacia otro lado con un doble rasero que apesta.
Pero no hay que irse a Ferraz para ver que el complejo de franquista se está esfumando y es palpable en cualquier conversación de bar.
En mi modesta opinión, todo lo que emane de la voluntad soberana del pueblo expresada a través de sus representantes me parece perfecto, se llame amnistía a secas o amnistía fiscal. Todo bajo el imperio de la ley, en la cual se están ciscando unos togados trabucaires que no sueltan su “tajada de poder” para arreglar las cosas por la puerta de atrás.
Pues ya les digo, puede resultar pintoresco, podemos pensar que son cuatro frikis inofensivos con sus gritos y sus canticos fascistas, pero creo que, de minusvalorar la exaltación del fascismo sin complejos, como ya nos enseñó la historia, nada bueno vendrá.
Hay ciertas cajas que se abren muy fácil y que como la de Pandora, resulta casi imposible cerrar. Maldita la gracia.