En política la discrepancia forma parte de su ser y de su hacer. Aún así hay políticas públicas como el Sistema de Promoción de la Autonomía Personal y la Atención a la Dependencia que la sociedad en general las percibe como buenas y necesarias. Se aprobó por ley en 2006 bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero.
Estos días atrás la Consejera del ramo de la Junta de Andalucía manifestaba que la dependencia andaluza está "infrafinanciada" por el Estado, pasando por alto que el origen del problema parte de los 3.000 millones que su compañero Mariano Rajoy recortó en Dependencia, de los cuáles 730 millones correspondían a Andalucía. De aquellos barros del PP, estos lodos para las personas dependientes.
También obvió la Consejera que su compañero Moreno Bonilla, como Secretario de Estado, fue quien de su puño y letra, entre otros destrozos, gestó la reducción del número de horas de la ayuda a domicilio, la eliminación de la cotización a la Seguridad Social de las cuidadoras familiares, principalmente mujeres (unas 55.000 en Andalucía) y el recorte de la prestación económica en un 15% que afectaría a niñas y niños con graves discapacidades, entre otros.
Lo que no ha podido tapar la Junta de Andalucía, como no se puede tapar la luz del sol, es la reforma del Consejo de Ministros y Ministras presidido por Pedro Sánchez que el pasado mes de julio aprobaba revertir todos estos recortes de la marca del Partido Popular para beneficiar a 750.000 dependientes. Con ello se recuperan y mejoran los tres tipos de prestaciones económicas de la dependencia, se aumentan las horas de ayuda a domicilio, se mejoran las condiciones de los y las trabajadoras y se implanta, por primera vez, una cuantía mínima para todas las comunidades.
¡Así se une a España! Empezando por los más vulnerables.
Mientras, Moreno Bonilla sigue de paseo por España afanado en sus diatribas sobre independencias imposibles, despreocupado de mejorar la atención a las personas dependientes en Andalucía.
Ocho mil Jiennenses siguen esperando la atención a su dependencia y cada año que pasa la lista de espera crece más. Entre otras muchas razones, porque la Junta de Andalucía sigue mermando las plantillas de profesionales responsables de su gestión.
Decía Hipócrates que “si no puedes hacer el bien, por lo menos no hagas daño”. ¡Pues eso!