Sobre nuestras piedras lunares

Manuel Montejo

Parole, Parole

Nuestra marginación, aunque no se diga así, se debe a que unos y otros nos han convertido, porque nos tratan como tal, en una provincia de segunda

El pasado viernes me decidí a presenciar lo que esperaba fuera un debate importante en el pleno de nuestro Ayuntamiento. Se discutía una moción de Jaén Merece Más sobre la Estación Intermodal y, tras muchos dimes y diretes y mucho cambio de posición, parecía que podría haber unanimidad sobre la mejor solución para un problema que arrastra Jaén desde hace décadas, como es su mala comunicación ferroviaria y el mal emplazamiento de la actual estación de ferrocarril, cuestión ya estudiada desde finales del siglo XX. Sin embargo, tras el debate y la votación, y aunque sí hubo unanimidad, no conseguimos nada nuevo ni relevante, ya que, como en el clásico italiano "Parole, Parole", solamente hubo palabras: "... no cambias nunca... sólo palabras, palabras entre nosotros”.

La propuesta a debate era simple: retomar el proyecto ya publicado en el BOE en 2010. Ningún estudio de idoneidad ni de costes, ninguna actualización habida cuenta del cambio de la ciudad en estos 14 años ni ninguna propuesta que mejorara el original. Nada. Eso sí, fue presentada con elocuencia por un miembro del Equipo de Gobierno, es decir, de los que mandan, que alegó que a pesar de que ADIF (y el Ministerio) les había dicho que no, lo traían al pleno pero sin explicar cómo pretendían conseguirla. El PP (el otro que manda) destacó que ese proyecto no se había realizado porque el PSOE no quiere invertir en Jaén, y todo ello sin ningún atisbo de memoria, vergüenza o similar. El PSOE, que presentó el proyecto original en 2010, en 2011 y lo defendió en 2019, pero que nunca lo ejecutó, ni en el Ayuntamiento, ni en la Junta ni en el Gobierno, se defendió reclamando que el proyecto debería haber sido construido por el PP. Y VOX, que pasaba por allí, criticó a todos y aprovechó para "hablar de su libro". Parole, parole... palabras entre vosotros.



Al terminar sólo cabía pensar que, ya que ahora se utilizan muchos términos como "blanqueamiento" y "memoria histórica", no es el momento de dejar que caiga en el olvido la historia que ha rodeado a las infraestructuras ferroviarias de nuestra ciudad. Sobre todo porque si olvidamos lo que ha ocurrido, los motivos y los responsables, no vamos a saber qué hay que cambiar y así estaremos más cerca de repetirlo, otra vez, por otros 14 años o más.

Empezando por el proyecto, o el mero recordatorio de otro, presentado ahora, no estaría de más recordar lo que ya se ha hablado anteriormente con ADIF y lo que el Ministerio ha dicho, para no repetir lo que no ha funcionado. En 2017, con el PP en el Gobierno y en el Ayuntamiento, ADIF reconoció que su política respecto a las estaciones de ferrocarril era que estuvieran ubicadas dentro de los cascos urbanos, en zonas que facilitaran una buena conexión de entrada y salida, que dinamizaran socioeconómicamente los centros urbanos y con la posibilidad de soterramiento de las vías para no afectar a la población ni a las comunicaciones. Incluso concluyeron no haber logrado ningún ejemplo exitoso reciente con estaciones ferroviarias fuera de la ciudad, ya que en los casos que se hicieron así, generalmente asociados al AVE, resultaron un rotundo fracaso. Por todo ello, su política de inversiones por toda España seguía estas recomendaciones al pie de la letra, trabajando en la construcción de varias estaciones intermodales urbanas por todo el país, con distintos presupuestos, como Vigo (11M€), Coruña (20M€), Bilbao (22M€), Murcia (30M€) y Santiago (50M€).

Sin embargo, su propuesta al Alcalde del PP de Jaén era la excepción: construir una Estación Intermodal en Vaciacostales, a 4 Km. de Jaén, más pequeña de lo que el PP estableció en el PGOU (4 veces menos superficie) y que costaría la mitad de lo presupuestado (4 millones de euros), integrando autobús y ferrocarril al inicio del sistema tranviario. Y, ¿qué dijo el Alcalde de Jaén ante esta "maravillosa propuesta, llena de beneficios e inversiones" para nuestra ciudad? Que sí, que por supuesto, que dónde había que firmar, ya que Jaén no le iba a pedir más líneas de tren sino solamente una estación barata y que siguiera siendo una estación terminal, al igual que la actual, lo que lastra las opciones de aumentar las conexiones ferroviarias. Jaén siempre distinta.

No olvidemos este episodio porque no se puede negociar con el Ministerio sin saber el punto de partida: nuestro Ayuntamiento ya aceptó esa "baratija". Y lo hizo el PP... sí, el mismo que ahora mira para otro lado; el socio de gobierno de quien presenta la propuesta. Desde luego, no parece que devolver el gobierno a los responsables de estas decisiones del pasado sea la mejor forma de conseguir la mejor estación ni que nos saquen de una vez por todas del aislamiento ferroviario, porque de nada nos sirve una estación sin trenes.

Tampoco debería olvidar el proponente que la Estación tiene que contar con presupuesto de la Junta de Andalucía, por lo que sería mejor empezar con decirle a su socio, con quien negocia las partidas autonómicas, que o hay presupuesto para empezar a ejecutar la Estación Intermodal o no hay gobierno en Jaén. Instar, casi rogar, a recuperar proyectos, en lugar de obtener por la vía de los hechos financiación contante y sonante, no suele ser el mejor punto de partida para una negociación exitosa. Seguir con los anuncios rimbombantes o asignándose el mérito de nada es continuar la "política" de los que nos han traído hasta aquí. Es más de lo mismo por parte de quienes dicen van a cambiar algo. Menos mociones, menos "quitas" y negociaciones fantasmas y más proyectos reales y peso político. O al final, nos pasará como con las ambulancias por la Alameda...

Por su parte, el Alcalde actual, en lugar de hablar de las "cabezonerías" del pasado, podría reconocer que ha sido su partido, y varios de sus Alcaldes, quienes más impedimentos han puesto para que esta propuesta se hiciera realidad, bien cambiando de proyectos una vez estaban aprobados, bien aceptando migajas, o incluso callando y tragando con el desprecio de las Administraciones autonómica y estatal mientras pensaban en operaciones especulativas de libro, ya que desmantelar las estaciones liberaría miles de metros cuadrados de suelo y pondría en valor otros terrenos privados en las afueras. Más memoria y más vergüenza cuando se le habla a Jaén, por favor.

El PP ha gobernado en esta ciudad 20 de los últimos 28 años, en el Gobierno de España, es decir, en ADIF, durante 15 de los últimos 28 años y en la Junta, quien tiene que hacer la Estación, durante los últimos 5 años. La falta de Estación, el diseño discriminatorio del AVE, la falta de líneas, el aislamiento y la condena a Jaén desde hace años tiene su nombre escrito con letras de oro. Lo demás son "Parole, parole".

El PSOE lleva razón en que muchos de los proyectos presentados en esta ciudad tienen su sello. Pero lo que también tiene el sello PSOE es la falta de ejecución de casi todos. No hay nada construido o en funcionamiento de lo que han proyectado y siguen echando la culpa a otros. Las décadas en la Junta de Andalucía, en el Gobierno de España y sus años en el Ayuntamiento han servido para la presencia mediática de sus dirigentes en Jaén, sirviendo a sus intereses propios o a los del partido, mientras se abandonaba y postergaba a nuestra ciudad.

Nuestra marginación, aunque no se diga así, se debe a que unos y otros nos han convertido, porque nos tratan como tal, en una provincia de segunda, sin peso en Andalucía ni en España. Nos guste más o menos, ese es el fondo de la cuestión: la poca importancia política y económica de Jaén, a pesar de la potencialidad y los recursos de los que dispone. Sin inversión en industria y actividad económica no hay infraestructuras, y viceversa, lo que determina el pobre desarrollo laboral y social y nos condena como provincia de burocracia y servicios, carne de emigración. Este es el papel asignado a Jaén y nos dan lo poco que necesitamos para cumplirlo.

ADIF no considera estratégica a ninguna de las estaciones de tren de nuestra provincia. Para el Ministerio de Fomento, por el que han pasado tanto el PSOE y el PP, las estaciones de Jaén no son rentables económicamente y, por tanto, no es necesario invertir ni mejorarlas. Si eso piensa el Ministerio de las estaciones, ¡qué va a pensar de los trenes! A pesar de las promesas de tantos políticos provinciales (que si Intermodal, que si AVE, que si… que sí, lo que vosotros digáis), nadie va a dar un duro por mejorar las comunicaciones de la provincia. Y ya está.

Y, mientras, mantenemos unas Administraciones cómplices y serviles, donde se protesta en la oposición pero se justifica cuando se gobierna. Esto lo han hecho alcaldes, presidentes de diputación, diputados, consejeros, ministros, etc. A todos los hemos mantenido con votos; a unos y otros, a los nuevos y a los viejos. Hemos mirado para otro lado y nos hemos dejado embaucar. Jaén ha perdido el 90% de los trenes desde el 92, pasando de 140 circulaciones diarias a poco más de 10. Desde la capital sólo podemos ir en tren a Sevilla-Cádiz o a Madrid y estamos inexplicablemente aislados de Granada, Almería y las comarcas del este de la provincia. En 28 años algunos lo han denunciado, cuando estaban en la oposición, mientras la mayoría ha confiado en eternas promesas o ha participado en debates estériles, que los ha habido y muchos, como el de la Intermodal (¿seguimos debatiendo de qué sirve una estación sin trenes?).

Por tanto, hay responsables individuales y colectivos. Hemos votado a "prohombres" jienenses que prometían trenes que no llegarían mientras nos quitaban otros, como Zarrías, Fernández de Moya o Reyes, que han dedicado sus carreras a hacer que Jaén esté donde está. Y hemos elegido partidos que callaban cuando los presupuestos castigaban a Jaén. Conocer lo que ha pasado debe servir para poder "agradecerle" a estos jaeneros su contribución, su responsabilidad en nuestra situación, y decidir si vamos a seguir igual. Si vamos a confiar en más "Parole, parole", en aceptar cualquier cosa aunque sea un agravio comparativo con Jaén, en permitir que nos sigan tratando como apestados, mientras unos cuantos hacen "política" para ellos, es decir, defendiendo sus intereses para labrarse su propia carrera, sean de los viejos o de los nuevos partidos. Ellos son los que sólo nos dedican “Parole, parole”.