Con el alma en pie

Ana Tudela

Ideología, sí, gracias

Un nuevo partido político se presentó días pasados en Jaén con la llamativa oferta de “dejar la ideología en casa”. Quiero entender que el desafortunado...

Un nuevo partido político se presentó días pasados en Jaén con la llamativa oferta de “dejar la ideología en casa”.

Quiero entender que el desafortunado slogan se debe referir más bien a prioridades a la hora de incluir en agendas políticas determinados asuntos.

Es cierto que eso de “no soy de derechas ni de izquierdas” tiene ya mucha historia, y algunos de los más mayores nos recuerdan cómo durante el franquismo algunas barberías tenían colocado en sus paredes el cartel de “se prohíbe hablar de política”, que era una forma de no meterse en líos con la dictadura.

Antes incluso, Primo de Rivera en el Teatro de la Comedia de Madrid, en 1933, dejó para la posteridad su definición de la Falange, cuando dijo "el movimiento de hoy, que no es de partido, sino que es un movimiento, sépase desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas".

No me aportan seguridad, ni garantías, quienes aspiran a espacios de poder despachando o callando todo planteamiento ideológico. Entre otras cosas porque es imposible. ¿Qué piensan votar en cuestiones relacionadas con la Sanidad pública, con la Educación, con las Pensiones, con la Violencia de Género, con las Becas, con la Transición Ecológica, con los derechos laborales, con la vivienda pública, con el modelo de apoyo a las explotaciones agrícolas, con la Dependencia, con tantas y tantas cuestiones que pueblan los calendarios parlamentarios. ¿No tienen respuesta al respecto o les da lo mismo? ¿Hasta dónde serían capaces de negociar con esas cuestiones? ¿No se les ha ocurrido o realmente prefieren callar para no ahuyentar a quienes no piensan como ellos?

Es, simplemente, un engaño, una trampa. Porque el parlamentarismo, y la democracia, se sustentan de planteamientos ideológicos. Y los procesos de negociación responden a ello. Imaginen algo así como “a mi arréglame la carretera y con lo de gastar menos en Sanidad Pública haz lo que quieras”.

La necesidad indiscutible de avances en nuestra tierra ha traído la multiplicación de formaciones que insisten en alusiones a “Jaén” en nombres y discursos. Y es respetable. Pero no olvidemos que Jaén también es derecho a la mejor Sanidad, Educación o Servicios Públicos, Jaén también son los derechos de sus trabajadores, Jaén también es lucha por la Igualdad entre Mujeres y Hombres… Demonizar la ideología, es renunciar a esas políticas. Hemos peleado mucho como para olvidarlo.