Con el alma en pie

Ana Tudela

Olivo Arena

Reconozco que escribo justo al acabar un muy emocionante España-Alemania de balonmano, y que tal vez el subidón me haga hablar más claro de lo “políticamente...

Foto: EXTRA JAÉN

Olivo Arena.

Reconozco que escribo justo al acabar un muy emocionante España-Alemania de balonmano, y que tal vez el subidón me haga hablar más claro de lo “políticamente correcto”. Y es que, entre el espectáculo vivido, y las loas constantes de los comentaristas de Teledeporte a la instalación, vivo un instante muy alegre, de esos que preocupan tanto a esos políticos que buscan su oportunidad exclusivamente desde el negativismo.

Y, “hablando de Roma”, me pregunto en este momento dónde están las mentes preclaras que vaticinaban el fracaso del Olivo Arena “porque allí no va a bajar nadie”, y que, obviando la necesidad objetiva de finalizar cuanto antes trámites urbanísticos y presupuestarios para no perder una oportunidad única, pedían que se paralizase un expediente modélico en cuanto a eficiencia y eficacia, y mandar el Palacio de Deportes al Bulevar o a la Plaza de Toros, como si esas cosas se pudiesen hacer en diez minutos en un negociado del ayuntamiento.

Los hay que siempre están y estarán descontentos. Incluso los hay que intentan vivir de eso. Pero esta ciudad y está tierra sólo puede dar pasos desde el aprovechamiento de las oportunidades. Viéndolas -queriendo verlas también, que es muy importante-, y construyendo alianzas para transformarlas en realidad.

En su momento lo hicieron Junta, Diputación y Ayuntamiento (a pesar, ya digo, de los tradicionales jugadores de la frustración), y el Olivo Arena fue una realidad en un tiempo absolutamente récord.

Pero es que no lo dejaron ahí; el tener en la élite a un club de Fútbol sala; el paso, en muy poco tiempo, de las selecciones de baloncesto o balonmano, con llenos extraordinarios; el espectáculo del freestyle, las fases finales de copa del Rey y copa de España de futbol sala; los conciertos a pabellón lleno... todo eso, con el esfuerzo y la apuesta de Diputación y Ayuntamiento fundamentalmente, está haciendo que Jaén aparezca día a día donde no existía, a pesar de los que ahora guardan silencio después de aquellas profecías que auguraban que, a estas alturas, el Olivo Arena estaría ya poco menos que cerrado por inasistencia de público.

Además de volver a reconocer el inmenso trabajo que siguen haciendo Diputación y Ayuntamiento, quiero volver a insistir en esa forma positivista de trabajar de nuestro alcalde; de trabajar y de hacer política con un ayuntamiento con tan pocas posibilidades económicas sobre el papel. Construyendo, generando ciudad desde espacios tan extraños como el diálogo o la obsesión por contar con todos para mejorar día a día. Los hay, ya digo, que solo llaman al derrotismo y a la lectura pesimista y demagógica del día a día, prefiriendo siempre el silencio cuando la noticia es tan buena que no da para media critica, y la falta de rigor cuando hay algo, cualquier cosa, que interpretar. Por todos ellos, y por el bien de nuestra “bella ciudad de luz”, larga vida municipal a nuestro alcalde y a esa su forma de hacer política.