Con el alma en pie

Ana Tudela

Oposición y antipolítica

Todo un éxito del gobierno canalizar el consenso de la representación de trabajadores y empresarios para alcanzar una reforma laboral en una época...

Todo un éxito del gobierno canalizar el consenso de la representación de trabajadores y empresarios para alcanzar una reforma laboral en una época tan crítica. Y no hay que dejar de recordar que, en la anterior crisis, los gobiernos del PP optaron por reducir unilateralmente derechos, garantías y expectativas de salarios de los trabajadores. Es la derecha, y a estas alturas nadie de los muchos que han sufrido sus decisiones deberían dejarse engañar por ella.

Puede resultar entendible que, entre Cajas “B”, sobresueldos, puertas giratorias, etc., el problema del desempleo de los pobres mortales y el de la estabilidad en el empleo, quede demasiado lejos de un partido que se caracteriza por bajar los impuestos a los ricos allá donde gobierna, y hacer polvo los servicios públicos que necesitan los más humildes.

Pero, al menos, el aval empresarial a la Reforma debería comprometerles: No solo ganamos los trabajadores, en estabilidad y huida de una precariedad que hace imposible cualquier proyecto de vida. Es que gana también la empresa, que ha entendido la importancia del factor “trabajo digno” a la hora de tener los mejores resultados en la gestión.

No menos sorprendente es el nuevo mantra, ideado desde la también sorprendente imaginación de la madrileña Díaz Ayuso, y adoptado al poco tiempo por un Casado que ya no sabe qué hacer con ella. Lo de la denuncia de la presunta arbitrariedad de los fondos europeos por parte de España, es una forma depravada de cerrar el círculo articulado desde el PP para intentar apagar el éxito de la gestión del presidente Sánchez que dio lugar a ese impresionante apoyo europeo. Y es que, hay que tener bastante poco sentido de la lealtad y del patriotismo para intentar que Europa dejase a España fuera de los Fondos; o para no aplaudir que hayamos sido los primeros en recibir cantidades importantes; o para no escuchar a Von der Leyen cuando reconoce el gran trabajo hecho de España; la última es acusar al gobierno de favoritismo en la gestión de un 0,00006 por cien de los fondos. Perverso que además lo haga quien más recibe y quien se dedica a bajar los impuestos a los más pudientes de su Comunidad, pretendiendo que ese “tajo” lo cubran, a medias, el gobierno de España y el déficit económico y de calidad en los servicios públicos de todos.

Imposible encontrar mayores dosis de antiespañolismo en momentos más difíciles.