Con perspectiva sureña

Antonia Merino

Salud (no) Responde

La atención primaria está desbordada: falta personal y falta compromiso por parte de la administración andaluza para dar respuesta no solo...

La atención primaria está desbordada: falta personal y falta compromiso por parte de la administración andaluza para dar respuesta no solo a los profesionales sanitarios sino también a los pacientes, los principales afectados de este colapso. La sanidad fue uno de los campos de batalla del PP contra Susana Díaz en la pasada legislatura. Los populares reconocieron enseguida la herida abierta de la Administración socialista sumándose a los actos de protestas contra el deterioro del sistema sanitario andaluz. Este campo de batalla estaba liderado en Jaén por la “marea del cucharón” y posterior Plataforma por la Sanidad Pública y de Calidad, desaparecida en combate pese a que la mayoría de sus demandas no han sido atendidas por el actual gobierno de José M. Moreno Bonilla como, por ejemplo, la supresión de las privatizaciones, externalizaciones, conciertos o la mejora retributiva de los médicos andaluces. Por cierto, el titular de Sanidad, Jesús Aguirre, llegó a la consejería defendido los conciertos para “desatascar las listas de espera”. A los pocos meses de su toma de posesión, Aguirre anunció un plan dotado de 25,5 millones de euros, de los cuales 15,5 millones (el 60% del presupuesto previsto) estaban destinados a ampliar conciertos con las clínicas privadas para derivar allí al 30% de los pacientes seleccionados. La irrupción del COVID’19 ha puesto en evidencia que nuestra sanidad ha dejado de ser joya de la corona para los nuevos inquilinos de San Telmo con el fin de permitir que el negocio de la sanidad privada siga ganando terreno en Andalucía. El juego público-privado avanza sin causar rubor: no se invierte en los hospitales públicos pero sí se premia con ese dinero público los servicios privados, mientras se colapsan los centros de atención primaria, las urgencias, las listas de espera se eternizan, se demoran los diagnósticos, los tratamientos… Nos han hecho creer que el virus es el culpable de todos los males, pero la realidad es que somos la comunidad con menos facultativos por habitantes, la ansiada equiparación salarial no llega, por no hablar del éxodo de enfermeras tras la no renovación del contrato de 8.000 profesionales. Ahora nos dicen que hay más profesionales que nunca, pero piden a médicos jubilados que vuelvan y a los que están, que doblen turnos en hospitales y centros de salud. Algo no cuadra en esa fórmula de más sanitarios igual a menor atención. De modo que o mienten o son malos gestores de lo público. O ambos.