Detrás de la columna

Juan Manuel Arévalo Badía

Las tardes de sol poniente

En esta semana, muchos mayores se integran en el Aula Abierta de la UJA, no solo como educandos sino como educadores

En mi último libro de poesía, y tras la página de cortesía, insertaba un pensamiento que el poeta y filósofo chino Liu YUXSI, nos dejaba en el siglo VIII

No pienses que es tarde



cuando el sol poniente toca las cabezas de las moreras;

La puesta de Sol todavía puede iluminar

el cielo que enrojece.

Profundicemos en las ideas que son evocadas en este breve pensamiento oriental, y como a través de ellas se nos traslada con un intenso lirismo un periodo vital del tiempo y por tanto de nuestras vidas.

Tiempo y vida.

 La puesta de sol, la tarde: hora del sol poniente, que forma parte indefectible de la cosmogonía diaria, precedida por la esplendidez de la mañana, a la que aparentemente se rinde.  Liu Yuxsi, la utiliza como recurso humanizado para su producción literaria. Al igual que hace nuestro Antonio Machado, apareciendo esa tarde en más de un 20% de sus poemas. Es, de hecho, su vocablo predilecto, con más de 140 repeticiones en 82 de sus poemas y de todas esas concepciones machadianas, yo me quedo con la más parecida a la de Liu Yuxsi: ocaso radiante

La tarde todavía
dará incienso de oro a tu plegaria,
y quizás el cenit de un nuevo día.

O quizás, aquella en la que el poeta Machado, pasea por un bello camino campestre y recuerda algo por lo que sintió una gran pasión. Belleza y pasión que encuentra o busca, no a una hora cualquiera, sino en la concreta hora de la tarde.

Yo voy soñando caminos, de la tarde…………….

Además, Liu Yuxsi, utiliza el vocablo tarde como modo adverbial

No piense que es tarde, cuando el sol poniente toca las cabezas de las moreras.

Es decir, vamos tarde, después del momento señalado, previsto o considerado conveniente, o después de lo que es habitual.  Pero … ¿lo pensamos nosotros? ¿o alguien nos lo ha dicho?

Tarde ¿Para qué? ¿Qué es lo habitual?

 Para que algo que ya es considerado efímero, de poca duración, gaste su momento esplendoroso en algo que ya no tendrá utilidad. A mí nunca me han gustado que los economistas como Betham, venga a imponernos un orden ético de elección entre la economía o el bienestar de un colectivo. Somos nosotros, el colectivo de mayores, los que decidimos qué es lo más conveniente para este período de nuestras vidas. Porque, citando a Neruda, en su poema número 20

 Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos…

Los de entonces, somos los de antes de ahora, y somos totalmente diferentes a quienes nos precedieron.

 Sin embargo, el filósofo advierte que ese rayo de sol de la tarde tiene capacidad de iluminar, de dar a esos momentos, imágenes de gran belleza, cuando toca las cabezas de las moreras.

A poco que se escarbe en esa historia apasionante del oriente, será fácil identificar que hay un árbol de importancia fundamental tanto para la estructura social como la política de la China. Hace 2000 años Ciun Lun, alto funcionario de la corte imperial en la dinastía china de los HAM utiliza la corteza vegetal tratada para crear el papel, atribuyéndosele su invención.  Y desde entonces ese árbol se conoce como la MORERA DEL PAPEL.

 Pensad que, de toda la vegetación existente en esa época, Liu Yuxsi, selecciona, y no por casualidad, ese árbol que recoge, guarda, transmite la sabiduría y la historia de generaciones. En el papel se atesora la creación mediante la palabra, la imagen y hasta la grafía de la música, y en él permanece, para seguir iluminando, siglo tras siglo.

Todo eso, nada menos,  es lo que ilumina el sol de la tarde y aún más.

Desde el siglo XVIII antes de nuestra era, se conoce a la civilización china como productores de la seda mediante el cultivo de la otra morera (la morus alba) de la que se alimenta el gusano. Es precisamente en la época de la dinastía HAM cuando la seda alcanza su mayor valor. Su industria y comercio abrió la mayor vía de comunicación entre las culturas orientales y occidentales. Y ahí estaba, según LIU XSI la luz del sol poniente.

Véase como, mediante la metáfora, aquel venerable filósofo describe a los mayores: puestas de soles de poniente que siguen iluminando sus entornos, gracias a que entendemos que envejecer no es un problema, sino una oportunidad para afrontar los retos que de forma individual o colectiva nos plantea la sociedad. Nos integramos mediante el saber y el conocimiento. Saber más para avanzar, entendiendo la educación permanente como la mejor herramienta, que sin duda alguna se extenderá en futuras generaciones para responder a una sociedad de cambios constantes. Para ello, en esta semana,  muchos mayores se integran en el Aula Abierta de la UJA, no solo como educandos sino como educadores dentro y fuera del aula, convencidos que ser cuanto nos describe Liu Yuxsi es la corona de oro de toda nuestra vida.