El arpa de Dorotea

Juan Manuel Vallecillo

Raphael: Victoria

Raphael publica su último disco, "Victoria"

 Raphael: Victoria

Foto: EXTRA JAÉN

Raphael.


A veces no somos conscientes de los éxitos que hemos conseguido. Muchos no nos damos cuenta de lo que hemos superado aunque ella sí lo sabe. No obstante, quince años atrás, cuando tenía treinta, se levantó una mañana para disfrutar de un buen café en la casa que, con esfuerzo, estaba pagando. Después, llevó a su hija al cole en el coche que pudo comprar y se despidieron con un “te amo”. Feliz por lo que tenía, puso música y se dirigió al trabajo en el concesionario donde jefes y compañeros la valoraban y querían. Entonces, un amable cliente entró saludando y, de repente, ese incontrolable y horrible temblor volvió a recorrer su cuerpo. El ambiente se contaminó de aquellos asquerosos olores y tuvo que salir de allí corriendo. Sí, era él. El monstruo que la violó con la ayuda de dos demonios aquel desgraciado día en el que, según la justicia, cometió el terrible error de pensar que salía a bailar con tres amigos en igualdad de condiciones. Yo, mientras la escucho viendo cómo se va apagando el brillo de sus ojos verdes, me convenzo de que esto no puede pasar. No me interesa la polémica de la ley del sí es sí porque no entiendo nada de política. Solo de música y menos de lo que puede parecer. Me da igual si la culpa es de nuestros representantes, de los legisladores o de los jueces pero esto no puede pasar. No sé qué hacía ese tío comprando un vehículo nuevo en lugar de estar penando sus miserias en una celda. No hay derecho a destruir todos los logros en un segundo ni a defecar en una noble historia de superación. Por dignidad, por humanidad, por lo más básico… Es imprescindible que esto no suceda en nuestra sociedad para continuar sobreviviendo o, simplemente, para seguir en pie.

“Para seguir en pie” es la canción que más me gusta del último álbum de Raphael llamado “Victoria” que se lanzó el pasado jueves 17 de noviembre. Una preciosa balada romántica que puede ser, también, un himno para todas las personas que superan grandes injusticias o dificultades y afrontan el día a día con una sonrisa.



Esta labor mía de comentar música me apasiona, sobre todo, cuando puedo masticar los sueños de los artistas de mi tierra que sacan su primer disco. Sin duda, este es el caso de Raphael. Un mito mundial de la canción cuyo éxito radica en que siempre está empezando. Un superhéroe cuyo poder es el de mantener la ilusión intacta. Un señor que no tiene nada que demostrar y, a punto de cumplir ochenta tacos, en vez de sentarse a recibir los merecidos premios y homenajes a su dilatada carrera, se adapta, se renueva, asume retos, arriesga, trabaja, salta a la palestra, compite, lucha y empieza. Empieza de nuevo y vuelve a empezar como si nadie creyera en él. “Victoria” es el primer trabajo discográfico del célebre linarense. Bueno, en realidad es el 84 pero esa cifra solo marca el número de veces que Raphael ha empezado. Un disco creado al completo por el famoso compositor e intérprete malagueño Pablo López en el que se incluye una sinfónica versión de este autor (“Lo saben mis zapatos”) y que, además, participa cantando a dúo con el genio de Linares en “Onze”, el último tema.

“Victoria” es un álbum que suena épico gracias a unos excelsos arreglos de orquestación que, incluso, lo hacen parecer un musical. Una colección de once temas de los que algunos pasarán a ser clásicos en el gigantesco repertorio de Raphael. Otro disco que mejorará la inmejorable trayectoria de un cantante al que yo le daría todos los años el premio a mejor artista revelación por estar siempre empezando. Sí, Raphael no se entera de que es una leyenda porque, como ya sabéis, a veces no somos conscientes de los éxitos que hemos conseguido.