Bienvenido a la ineptitud, a la degradación y a la involución. Sí, aunque parecía imposible, estamos logrando revertir el proceso natural de la evolución. Supongo que todos tenéis en la cabeza esa imagen de la hominización que va del mono al hombre actual pasando por el homo habilis, el erectus y el neardental. Una foto en la que cada vez somos más altos y erguidos, en la que nuestras extremidades se alargan, nuestras garras pasan a ser manos y nuestro cráneo disminuye de grosor al mismo tiempo que crece nuestro cerebro. Pues bien, en base a varios estudios científicos como los de la universidad de Sunshine Coast, la empresa de telecomunicaciones “Toll Free Forwading” ha publicado en tres dimensiones cómo será el ser humano a partir del año 3000. Esclavos de la tecnología que mantendrá la mirada siempre baja hacia una pantalla, en el nuevo cambio evolutivo, la mujer y el hombre volverán a estar encorvados, sus dedos se agarrotarán para adaptarse a los teclados, los codos formarán un ángulo recto, el cráneo engordará con el objetivo de protegernos de las radiaciones pero, controlado por la inteligencia artificial y sin alicientes, el cerebro disminuirá de tamaño. ¡Bravo! Aplaudámonos porque estamos consiguiendo lo increíble. Ese triple salto mortal nunca mejor dicho. Ahora, a las injusticias sociales y a las desigualdades económicas, se une la última gran pirueta de esta acrobacia: la deshumanización en todos los sentidos, hasta en el físico. La involución. ¡Ay si Darwin levantara la cabeza!
No sé qué haría Darwin si levantara la cabeza e intentara asimilar este giro que está dando la especie humana hacia la involución. No obstante, como crítico musical, puedo tratar de adivinar qué escucharía. Él necesitaría una experiencia sensorial que le ayudara a reflexionar. A músicos experimentados, comprometidos y lo suficientemente inspirados con el fin de que le hicieran comprender las nuevas claves de la sociedad. Sonidos genuinos que, mediante improvisaciones, fueran capaces de denunciar el rumbo de la humanidad. Música para pensar. Sí, Charles Darwin escucharía a “Viajes Espaciales Beirut”. Un grupo indefinible y experimental que muestra la fusión de muchos estilos y de ninguno. Con muchos rasgos psicodélicos pero no sé si tantos como para considerarlos lisérgicos, este nuevo proyecto jiennense se presentará en directo el próximo sábado 21 de enero en la sala “La Mecánica”. Una banda integrada por Miguel Ortega a la batería, Sebas Bautista a la guitarra, Antonio Canales al bajo y al theremín y David Medina a los sintetizadores y a los bongos. Avezados instrumentistas de la provincia que han pertenecido o pertenecen a destacados grupos como El Gran Oso Blanco, Xkrude, Santo Rostro, Carmelita Smith, Mia Turbia o Electric Belt, deciden, esta vez, vivir una aventura diferente. De hecho, para este concierto-presentación, nadie sabe lo que van a hacer sobre las tablas. Nadie, ni siquiera ellos mismos porque un alto porcentaje de lo interpretado se basará en la improvisación. Lo poco que ha trascendido del repertorio con el que nos deleitarán este sábado es una canción llamada “Resistencia estelar”, otra cantada pese a que casi todos sus temas serán instrumentales cuyo nombre es “Ana y Lucía” y, por supuesto, la única que han publicado de momento en su canal de YouTube, “El sueño de Ahmed”. Un temazo lleno de suspense con preciosos vestigios árabes, cambios de intensidad, bellas transiciones y un par de explosiones que os sorprenderán. Una obra que, curiosamente, empieza con el sonido futurista del theremín y acaba apagándose con el ritmo casi tribal de las percusiones. Sí, una involución de lo vanguardista a lo primitivo igual que el posible cambio de aspecto que sufrirá el ser humano dentro de mil años. Sin embargo, “El sueño de Ahmed”, como podéis imaginar por el título, trata sobre las adversidades y las penurias que atraviesa un inmigrante en su viaje de supervivencia hacia una tierra que él cree mejor. Una tierra en la que habitan seres en fase de deshumanización llena de prejuicios, superficialidad y desigualdades que no le acogerá como uno más. Así pues, lo dicho joven Ahmed: bienvenido a la ineptitud, a la degradación y a la involución.