Estilo olivar

Juan José Almagro

Llegada es la hora

Como dice mi amigo Manuel, trabajador incansable y emprendedor sin límites, líder del periodismo regional en Andalucía, pese a que le estamos viendo las...

 Llegada es la hora

Foto: EXTRA JAÉN

Pobreza.

Como dice mi amigo Manuel, trabajador incansable y emprendedor sin límites, líder del periodismo regional en Andalucía, pese a que le estamos viendo las orejas al lobo, nos agarramos y sostenemos lo superfluo, y así nos va. Llegada es la hora, pues, de ponernos a la tarea, denunciar lo denunciable y trabajar para poner remedio a lo que haga falta. Si queremos contribuir al cambio, como escribió Sábato, no podemos resignarnos.

Un comunicado de Naciones Unidas, publicado el 16 de octubre, nos informa (aunque podría haber lanzado exabruptos) de que “el número de personas que pasan hambre se ha duplicado en los tres últimos años”. Antonio Guterres nos recuerda que en todo el planeta hay 3000 millones de individuos que no pueden costearse una alimentación saludable. En ese comunicado, el secretario general de la ONU emplaza al trabajo conjunto de gobiernos, científicos, el sector privado, la sociedad civil y las instituciones financieras para revertir estas tendencias. No podemos olvidar que en el mundo hay comida suficiente para alimentar a todas las personas que lo necesiten, y que las comunidades más vulnerables son quienes sufren las peores consecuencias de “la pandemia de COVID-19, la crisis climática, la degradación ambiental, los conflictos y la acentuación de las desigualdades” y que la guerra en Ucrania aceleró la subida de los precios de los alimentos y los fertilizantes. Para rematar, una cifra espeluznante que facilita el Programa Mundial de Alimentos (PMA): el número de personas hambrientas a escala global creció de 282 millones a 345 millones en sólo los primeros meses de 2022.

Acerquémonos a España porque el mes de octubre de 2022 ha sido pródigo en informes de los que hacen temblar. Por ejemplo, el que se denomina “El Estado de la Pobreza”, 12º Informe editado por EAPN España (European Anti-Poverty Network), organización que engloba a más de ocho mil entidades sociales. Destacamos algunas de las “perlas” del mentado Informe que hace un seguimiento riguroso de los indicadores de la Agenda 2030, de la que todos hablan y presumen, incluso con un pin en la solapa:

-En el año 2021, un total de 13,1 millones de personas, es decir, el 27,8% de la población española, están en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Tener hijos, dice el Informe, es un importante factor de riesgo de pobreza y/o exclusión: todos los hogares en los que viven niños, niñas y adolescentes tienen tasas más altas en los principales indicadores que aquellos en los que hay adultos solamente, y esto no es una cuestión coyuntural; sucede siempre, todos los años.

-El 21,7% de la población española, es decir, más de 10 millones de personas estan en riesgo de pobreza. La cifra supone un incremento de 7 décimas con respecto al año anterior, y un aumento de unas trescientas mil personas. El escudo social (la acción del Estado) redujo la tasa de pobreza en el conjunto del territorio nacional en 3,2 puntos porcentuales, lo que representa que 1,5 millones de personas no pisaron los umbrales de la pobreza.

-En el año 2021, unos 3,9 millones de personas que constituyen el 8,3% de la población española viven con privación material y social severa, un factor de riesgo que aparece tambien en aquellos hogares con niños, niñas y adolescentes.

-El 44,9 de la población española tiene alguna clase de dificultad para llegar a fin de mes y viven ya muy cerca del límite de sus posibilidades, y que una de cada cinco personas (21,6% del total de población) está ya en el límite.

Los anteriores son datos para pensar y hacer. La globalización, que en su nacimiento y expansión no fue regulada por quienes podían hacerlo, ya no nos sirve: ha globalizado también la pobreza y la desigualdad, de la que otro día hablaremos. La hiperglobalización ha desplazado la esfera de influencia de la política y es necesaria una reglobalización que modifique las reglas del juego. No bastan las reformas, debemos transformar estructuras y cambiar las instituciones obsoletas que no sirven para gestionar la nueva situación. Cabeza y corazón, comprender y querer. Por ahí pasan las soluciones.