La vida es una sucesión de decisiones estúpidas, un par de ellas equivocadas y una a la que te aferras hasta que mueres. En política, todas son acertadas para quien las toma y erróneas para la oposición, hasta que el tiempo sentencia. En los próximos días tanto Juanma Camacho como Juanma Moreno deberán tomar una decisión que no solo les afectará a ellos, en mayor o menor medida, sino a Jaén como territorio.
Comencemos por el presidente de Jaén Merece Más (JM+) Juanma Camacho. El pundonor del empresario y ahora también político en la defensa de los intereses de Jaén capital y de su provincia es incuestionable desde hace décadas. Ahora, son mayoría en su partido los que le piden que dé otro paso al frente y además de dirigir JM+ lidere también el grupo municipal en el Ayuntamiento de Jaén. Desde que nació la plataforma con las mismas siglas se han tomado muchas decisiones, quizá la más relevante, la de dar el salto a la política viendo los resultados que en territorios como Teruel daba la entrada de un diputado en el crisol parlamentario de mayorías necesarias. Fueron muchos quienes se acercaron a la plataforma y luego al partido en busca de su minuto de gloria, para ser reinas por un día. Algunos lo consiguieron, otros se quedaron a las puertas, pero todos dieron la estampida, siempre, eso sí, por motivos personales. Los egos políticos individuales siempre han estado reñidos con el oficialismo orgánico disfrazado de asambleario. Y a Jaén Merece Más no le han salido bien las dos únicas apuestas que ha realizado liderando sus listas. Primero, con el psicólogo y funcionario Antonio J. Sánchez-Cañete, número uno a las elecciones andaluzas en 2022, que tras no conseguir Jaén Merece Más un representante ahuecó el ala. Y segundo, el catedrático Manuel Carlos Vallejo, que tras amagar con dos cartas de dimisión, a la tercera abandona el Ayuntamiento de Jaén. El primer teniente de alcalde en la coalición PP-JM+ y portavoz de su grupo lo deja (por motivos personales) sin sucumbir ni a los llamamientos de su partido ni a los más pujantes del alcalde, Agustín González, y del mismísimo Elías Bendodo y Juan Bravo.
Vallejo renuncia en el pleno de hoy, no sin antes, despedirse en solitario, como actor protagonista, en una rueda de prensa en la que lanzó mensajes velados sobre la diferencia entre hacer oposición (si es que la ha habido por su parte) desde un cogobierno o desde las redes sociales. Touché. O al recordar que ninguno del resto de candidatos a sustituirle tiene experiencia en gestión municipal, como si el bueno de Manuel Carlos la hubiera tenido cuando llegó hace algo más de un año.
Bien, pues ahora, los siguientes en la lista, Pilar Abellán (economista); José María Cano Ayllón (arquitecto); y Mari Ángeles Peinado (abogada fiscalista) quieren ocupar el puesto. Todos. Pero a la vez, el núcleo duro del partido, al que se han sumado más seguidores, ha pedido a su presidente, Juanma Camacho que sea él quien dé el paso al frente y ocupe el acta. Y ahora Juanma tiene que tomar una decisión, que ya está tomada, por otra parte, porque el portavoz será Luis García Millán, pero siempre se puede cambiar de portavoz. ¿Quién mejor que Camacho para defender los intereses del partido provincialista en el Ayuntamiento de Jaén?, piensan muchos. To be or not to be, príncipe del ejército mermado de “moscas cojoneras” para PP y PSOE, como ayer mismo definía a JM+ María Espejo aquí mismo. Sea lo que fuere, la experiencia ha demostrado ya que o alguien del núcleo duro del partido está al frente de la administración más importante que gobierna o el proyecto hace aguas, sobre todo si quieren conseguir en menos de tres años algún concejal.
El otro Juanma
La decisión del otro Juanma, Moreno Bonilla, el presidente de la Junta, puede parecer a priori más sencilla, pero será determinante en los próximos meses. Juanma Moreno debe decidir qué hace con Jaén de una vez: si pasa del dicho al hecho. Los presupuestos están listos para hornearse y, salvo los aderezos de última hora, tendrán consecuencias en Jaén. Las partidas para las últimas fases de la puesta en marcha del tranvía, el Museo Íbero, los lavados de cara con la Ciudad Sanitaria y la de la Justicia, las partidas para el tren y todos los eufemismos presupuestarios en materia de carreteras y regadíos no serán suficientes para Jaén Merece Más, que espera, sobre todo, dinerito para el Fondo de Equilibrio Territorial que encabezaba las 101 medidas del pacto de gobierno.
Juanma Moreno tiene que decidir, ya lo habrá hecho, si pierde la Alcaldía de Jaén en los próximos meses. Es decir, si le merece la pena echar leña a un fuego que se extingue, fruto de una lista de sutura que se ha ido disolviendo como un azucarillo y de la que han desaparecido el presidente del PP, Erik Domínguez, y el concejal de Hacienda, Francisco Martínez Garvín, mientras el resto del equipo aguanta el chaparrón como puede, con un Vicente Oya cada vez más desencantado; un Antonio Losa voluntarioso, pero asediado ya por sus propios, por sus policías locales, a la espera de que estalle el complot; y un alcalde asido a la mano de Mónica Moreno y los quebraderos de cabeza. Y todo ello con la espada de Damocles de si se podrán pagar las nóminas los próximos meses.
¿Vale Jaén una misa?, debe preguntarse Juanma Moreno.
Mientras tanto el PSOE espera cauto y vigilante la decisión de Juanma, Camacho y Moreno, mientras Jaén, como cualquiera de nosotros, vive la vida en una sucesión de decisiones estúpidas, muchas equivocadas y una a la que se aferra hasta que muera: su pequeño, maravilloso y decadente terruño.