La chapa

Carlos Oya

Cuando nos abandonan las musas

Siempre se puede tirar de oficio y lograr una columna al uso con la enésima estupidez de nuestra élites políticas

No es la primera vez (y me temo que no será la última) en la que me siento ante el teclado sin nada en la cabeza que contarles o al menos nada nuevo. Por supuesto siempre se puede tirar de oficio y lograr una columna al uso con la enésima estupidez de nuestra élites políticas y su “pues no me junto” o “llama tú/ no mejor llama tú”. Seguro que cuando se produzca el parto de los montes y les dé por “arrejuntarse” en la cacareada reunión sendos líderes irán orlados con la fragancia de “mi nueva colonia Chispas” el mejor maridaje para “el pavo” que lucen. Y todo esto venía a que el lunes mirando por encima los titulares de los “opinadores” de un diario nacional sentí hastío, un poco de nausea y como que me quise quitar, al menos durante un tiempo, de este periodismo pedestre, solipsista, que da vueltas siempre sobre lo mismo para contarnos lo mismo de la misma manera( esa misma jornada el diario traía la noticia de 60 muertos , entre ellos mujeres y niños, en las costas de Libia ante la pasividad de sus autoridades ,las mismas a las que unta la Unión Europea para contener , y aquí “contener” sirve de eufemismo, este flujo de desesperación ). Entonces me vinieron al alimón y a la sesera Shane Mac Gowan y las musas. Para quién lo desconozca Shane fue el líder del grupo irlandés “THE POGUES”, una banda que triunfó con su amalgama punk-rock-gaélica a finales de los 80 en su mayor parte al carisma, la voz y el talento del destentado Shane. Tengo sus primeros discos y aunque me gustaban reconozco que después de algunas canciones, sin menospreciar su valía, me terminaba un poco saturando ese rollo celta. Las proclamas PRO IRA y esa típica mala educación que sólo se tolera a los artistas y se gastaba en el documental que le produjo Johnny Deep no lo hicieron más grande ante mis ojos. Pero qué duda cabe que fue el favorito de las musas durante más de una década que poco a poco terminaron abandonándolo a un erial creativo. Y es que las musas tienen una relación de “amor loco” con los artistas. Los exprimen, los abandonan, un día quieren que sus restos descansen junto a ellas en sus nichos decadentes, otra ser simples amantes o no pidas más que rollo de una noche. Vestidas con los ropajes de la disciplina o de los excesos. Del libertinaje o del cenobio. Si te abandonan da las gracias. Ya saben…mejor amado y haber perdido que nunca haber amado.