Sobre nuestras piedras lunares

Manuel Montejo

¿Ganará Jaén?

Todos creen que han ganado algo, pero ¿ganará Jaén? Eso es lo único que importa

Uno de los primeros recuerdos políticos que tengo, o más bien electorales, se remonta a 1986, con la segunda mayoría absoluta de Felipe González. El domingo 22 de julio se celebraron las elecciones generales pero también el partido de cuartos de final del Mundial de México, cuando Bélgica nos eliminó en los penaltis, con aquel fallo de Eloy. Pues bien, unos días más tarde, el semanario conservador y monárquico Época titulaba, bajo una foto conjunta de González y Eloy: "El PSOE gana; ESPAÑA pierde". Fue el descubrimiento, además de la manipulación y del sensacionalismo periodístico, de la disonancia con la que se interpreta la realidad política con tal de ajustarla a las creencias y pensamientos de uno mismo.

Hoy, con los resultados de las elecciones municipales encima de la mesa, la disonancia se generaliza y cualquiera de nosotros podrá comprobar que todos los partidos, y medios y opinadores, ajustan los resultados a sus interpretaciones, aunque muchas veces sean contrarias entre ellas. Seguramente la misma disonancia pueda aparecer en las próximas líneas, aunque intentaremos que la subjetividad del que les habla sea la menor posible.
Tengo que reconocer que mi intención era centrarme únicamente de los resultados de nuestro Jaén, de lo que nos toca más de cerca, pero quizás sea el momento de destacar que la mejor lectura de lo ocurrido el domingo en España la ha hecho Pedro Sánchez, o quien ocupe ahora el papel de Iván Redondo.

En primer lugar, no ha habido tal "ola azul" en España, por mucho que esta figura pueda servir de explicación simplona o de excusa para algunos. Las cifras nos muestran que el aumento del PP no es de tal calibre como en 2011 y sólo algo mayor que en 2015, tras el descalabro de 2019. Lo que se ha conseguido es reabsorber a los 2 millones de votantes que se prestaron a Ciudadanos para reajustar el bloque de la derecha. Este cambio, significativo pero no una ola, permite una diferencia suficiente como para que el PP recupere muchos gobiernos que en 2019 perdió por unos pocos votos. Si se le suman los resultados de Vox, el bloque de la derecha repite el resultado de 2011, lo que viene a mostrarnos que queda lejos de ser una "ola azul".



De ahí que el adelanto electoral de Sánchez pueda ser la opción menos mala que preveía en estas circunstancias, haciéndolo coincidir con las investiduras y el protagonismo institucional del PP y Vox, evitando la posible sangría posterior del PSOE al PP que suele acontecer tras estos cambios de poder institucional y evitando un mayor descalabro en el PSOE, ya que ayer perdió únicamente por un 3% y en diciembre podría ser más, habida cuenta del voto de castigo que provoca el actual momento de insatisfacción política.
Por otro lado, Sánchez ha leído (y en esto el PSOE de Jaén es el mejor ejemplo) que si algo puede mantener al PSOE actualmente es el llamamiento al voto útil ante esa "ola conservadora" de la que tanto se habla. Así, convocar elecciones apresuradamente pilla con el pie (y algo más) cambiado a unos potenciales socios de izquierda en los que ya no puede confiar para poder mantenerse en el Gobierno y le permite interpelar a la responsabilidad del votante de izquierdas.

Así que nos iremos a unas elecciones generales, unos días después de que se haya despejado la incógnita de quién gobernará Jaén, Agustín o Julio, una de las preguntas que nos deja la noche del 28M.

En nuestra ciudad, los resultados están siendo interpretados siguiendo el juego que comentábamos antes. Todos ganan, nadie pierde; nadie es responsable, todos siguen hacia delante, sin reconocer errores ni rectificar.

El PSOE de Julio Millán ha ganado en votos y no se ha despeñado, como si ha hecho casi el resto del PSOE de Andalucía y una buena parte del PSOE provincial, pero no ha ganado tanto como necesitaba. Quizás le haya faltado alejarse algo más de la marca, sobre todo de la andaluza, ya que el marco nacional y el de Moreno Bonilla han beneficiado claramente al PP. Sin embargo, sí ha sabido apelar al voto útil, dado el vacío que preveía a su izquierda, recibiendo prestado, seguramente, un buen número de votos desencantados de la eterna pelea intestina de las izquierdas jaeneras. Aún así, repite concejales y queda a expensas de su habilidad, o la de Paco Reyes, a la hora de negociar con Jaén Merece Más.

El PP ha ganado votos y concejales, respecto a 2019, y ha recuperado votantes que probablemente se quedaron antes en casa, pero no tantos como le hubiese gustado. No se ha aprovechado la "ola azul" de Moreno Bonilla, como en el resto de Andalucía, quizás por cuestiones internas de la candidatura o por la propia existencia de Jaén Merece Más. Aun así, la presencia de Vox le deja con una opción más que a Millán: gobernar en una minoría de 13 y pedir la abstención de JMM.

Jaén Merece Más ha ganado, puesto que entra en el Ayuntamiento y definirá el gobierno, aunque con menos votos que en 2022 y recibiendo un regalo envenenado: el empate en concejales y el cuasi-empate en votos no permite que gobierne el más votado si no es contando con su voto, lo que le obliga a decidir. Y ahí reside su problema. ¿Mantiene al Alcalde o provoca un cambio con un PP con el que difiere en tantas cosas? ¿Entra a formar parte del Gobierno y espera que se consume el "abrazo del oso", sea cual sea su socio, o permanece como aliado/vigilante en la oposición, lo que lo acerca más al PP que al PSOE? ¿Permanece como movimiento reivindicativo e impugnador o se integra en la gestión municipal cotidiana? Demasiado en juego y mucho juego por detrás para una formación novel, que tiene que demostrar cohesión interna y el aguante de sus cargos públicos, y siempre con el ejemplo, repetido por dos veces, de Ciudadanos sobre sus cabezas, aquellos que en Jaén tuvieron tanto y quedaron en nada.

Vox ha ganado porque casi no ha aparecido por Jaén, dejándole hacer a la política nacional y esperando a cumplir su papel cuando se lo digan, asegurar los votos más a la derecha del PP para hacer posteriormente de sostén gubernamental.

Y la izquierda... se ha ganado un descanso. Quizás hayan estado pensando tanto en las estrategias para imponer sus candidatos y lograr satisfacer sus cuitas que se olvidaron de la dificultad de alcanzar el techo del 5% en un escenario de mayor participación y de la previsible pérdida de voto, tanto a la abstención como al PSOE, cuando se da semejante espectáculo. O quizás deberían haber pensado un poco menos y ahora toque ya actuar y alejarse de las lecturas deformadas de la realidad. Si no hay una alternativa clara, entendible, común y que integre a todo el espacio, quizás sea mejor que se retiren definitivamente. Porque sigue habiendo una demanda política que necesita verse representada y no votando con la nariz tapada o lamentándose en su casa. Especialmente pensando en ese 36% de abstención que no ha encontrado ningún motivo para votar.

En resumen, todo por decidir en las próximas semanas y, por encima de todo, una gran duda: en su realidad, todos creen que han ganado algo, pero ¿ganará Jaén? Eso es lo único que importa.