Sobre nuestras piedras lunares

Manuel Montejo

Maricomplejines

¿Cuál es el problema de estos "maricomplejines"? ¿Por qué se quejan: por lo que hace Sánchez o por lo que establece el texto constitucional?

Hace unos años, nuestra derecha patria popularizó el apelativo de "Maricomplejines" para referirse a su entonces líder, Mariano Rajoy, acusándole de ejercer una oposición "blandengue" y "acomplejada" ante el presidente Zapatero, y en contraposición a la oposición "firme y valiente" que podría haber llevado a cabo en esa época la líder madrileña, y en aquel momento aspirante a líder nacional, Esperanza Aguirre. Se trata de una situación análoga a la que ha venido sucediendo en los últimos tiempos en el PP, primero con Casado y después con Feijóo, siempre a la sombra de la líder madrileña Ayuso.

Esta suposición de "debilidad" ideológica, cuando no de carácter, siempre me ha parecido más artificial que real, por cuanto el mero azar de ganar unas elecciones puede convertir a un "maricomplejines" en un "férreo y sereno estadista" en un abrir y cerrar de ojos, y ejemplos tenemos muchos, empezando por el propio Rajoy. Sin embargo, me parece más acertada la acepción dada por el locutor radiofónico inventor del sobrenombre, a saber: "persona que está continuamente quejándose de todo lo que le sucede en la vida." Y de éstos tenemos unos cuantos, tanto en la "derechita cobarde" como en la “valiente”. Y, si no me creen, vamos a ver cómo nos presentan el último episodio de su tema estrella, cansino y aburrido ya para el resto pero siempre rentable para la política española: Cataluña.

Tras la negociación del PSOE con ERC para facilitar la investidura de Salvador Illa a cambio de conceder una "financiación singular" para Cataluña, y aunque todavía no sabemos lo que significa realmente, nuestros "maricomplejines" han vuelto a alertar de la enésima traición de Sánchez y la amenaza de ruptura de España. Lo que sabemos, realmente, es que se ha acordado que la Generalitat asuma el cobro de los impuestos estatales y pase a abonar al Estado los servicios que éste preste en Cataluña, además de otra cantidad en concepto de solidaridad con el resto de regiones que mantienen una financiación conjunta. Este acuerdo, que ERC quiere que se convierta en un "concierto" a lo vasco y el PSOE lo entiende sólo como un modelo especial de financiación, es una aberración para los conservadores mientras que para los socialista es un acuerdo extraordinario. Pero, si ustedes lo piensan bien, no es ni una cosa ni la otra: se trata del primer, y fundamental, paso para un concierto y un cupo catalán pero que no "rompe" España ni supone una "financiación especial" para Cataluña ni detrae recursos de unas comunidades para dárselos a otra.



Lo que se ha acordado es simplemente reforzar y amplificar un modelo que ya existe y es plenamente constitucional: una España de primera y otra de segunda. Sí, es un modelo que consagra la desigualdad territorial y económica en nuestro país y rompe la igualdad ante la ley del artículo 14 de la Constitución. Pero es que todo eso ya existe y lo establece la propia Constitución en su Disposición Adicional Primera cuando dice algo así como que "los españoles son todos iguales, menos los vascos y navarros que tienen que vivir mejor que el resto, por no sé qué cuestiones históricas que España no ha sabido resolver hasta el momento."

Ahora, Pedro Sánchez ha decidido ampliar la desigualdad de la Constitución Española a más territorios. Vale. Entonces, ¿cuál es el problema de estos "maricomplejines"? ¿Por qué se quejan: por lo que hace Sánchez o por lo que establece el texto constitucional?

Si es la primera opción, lo que está haciendo el PP es reclamarle a Sánchez una gran dosis de valentía política para no ceder a la presión del catalanismo, independentista y no, y no ahondar la brecha territorial en España. Feijóo no quiere que el Presidente sea un "maricomplejín" como ya en su momento hizo Felipe González, dándole a a Pujol suntuosos beneficios económicos a cambio de investirlo Presidente, o Aznar, otro "maricomplejín" que en el Majestic concedió al catalanismo las competencias y el reparto económico que no le había dado antes el PSOE.

Pero es que toda esta situación no debería ser un gran problema. Si, como el PP proclama, Feijóo va a ser pronto Presidente, ya derogará en su momento todo el acuerdo y España se “salvará”. No sería difícil pues se trata de una mera modificación de una Ley Orgánica. Pan comido pqra el gran Gobierno conservador que pronto va a relevar a Sánchez, ¿no? O es que no están seguros de conseguirlo? O, peor aún, ¿es que saben que son otros "maricomplejines" y no serán capaces de derogarlo? Quizás porque sólo podrán alcanzar el Gobierno con un acuerdo con la derecha vasca y catalana, lo que supondría tener que mantener ambos conciertos. ¿Entonces son lo mismo que Sánchez? ¿Están protestando sólo con la boca pequeña porque después no va a tener ni la valentía política ni la coherencia para derogarlo? Juzguen ustedes.

Cabe también la otra opción. El PP y su derecha extrema están como locos porque son unos "maricomplejines" que se quejan de todo, empezando por la Constitución. El nuevo concierto catalán les ha hecho ver que no es admisible ninguna desigualdad, incluida la que contiene nuestra Carta Magna y han decidido que es hora de derogar todos los privilegios. ¿Es eso? ¿Empezamos con el concierto y el cupo vasco y navarro? Ese acuerdo, introducido en la Constitución por la derecha vasca y española, encabezados por la UCD de Mayor Oreja, es tan pernicioso para la unidad de España, de los españoles y para el reparto económico justo y equitativo, como el concierto catalán. ¿Ha propuesto ya Feijóo la modificación de la Constitución para derogar la Disposición Adicional Primera, para que vuelva la igualdad económica a todos los españoles o solo piensa pedirlo para Cataluña? ¿No es así tampoco?

La realidad de todo esto es que ni el Presidente nos dice que ha firmado un concierto catalán ni Feijóo, que lo mantendrá si llega a ser Presidente, pide que se elimine el concierto vasco y navarro. Las dos fuerzas votan y apoyan los beneficios y los privilegios de aquellos que les permiten gobernar, sean quienes sean. Son ellos, ambos, los que rompen España para su beneficio y privilegian a unos frente a otros. Lo hicieron con el cupo vasco y navarro, lo hacen ahora con el concierto catalán y lo harán siempre que lo necesiten, tanto unos como otros.

Los largos 6 años de conflicto con el independentismo catalán sólo perseguían este acuerdo: una relación económica con España distinta, más beneficiosa, y un nuevo aporte de competencias propias, para avanzar en autogobierno. ¿Cuál era su espejo? Los derechos forales vascos y navarros. ¿Cuál ha sido siempre la posición de PP y PSOE, y de casi el resto de los partidos nacionales, respecto de estos privilegios consagrados en la Constitución? Apoyarlos y darlos por válidos, obviando que consagran unos privilegios fiscales y económicos de unos pocos respecto del resto, lo que rompe la unidad y la igualdad en España. Por eso el catalanismo sabía que, tarde o temprano, uno u otro, el que lo necesitara, llegaría al acuerdo. Esa es la verdad. Son todos unos "maricomplejines" y nosotros le hacemos el juego.