Sobre nuestras piedras lunares

Manuel Montejo

Resaca electoral

En una jornada de resaca electoral como la que vivimos es muy frecuente encontrar multitud de análisis, algunos coincidentes pero la mayoría opuestos...

En una jornada de resaca electoral como la que vivimos es muy frecuente encontrar multitud de análisis, algunos coincidentes pero la mayoría opuestos y contradictorios entre sí. Tanto los partidos como los analistas políticos de distinto signo intentan confirmar sus presupuestos, utilizando unos datos u otros, según interesen. Lo fundamental es que todos acierten y que todos ganen, añadiendo aquello de "ya lo dije yo...".
Sin embargo, en estos tiempos, cada vez es más difícil, no ya acertar, porque las corrientes de voto no suelen ocultarse, sino analizar las causas de determinados resultados. Y, de la misma forma, se hace más complejo utilizar la estrategia más adecuada para lograr el objetivo. El motivo es la dificultad para interpretar el ánimo social, para descifrar los anhelos y las preocupaciones de nuestras sociedades. Y esa es la tarea pendiente.
Ante la victoria arrolladora de Juanma Moreno, porque según su campaña no parecía ser la del PP, podría decirse que Andalucía se ha vuelto conservadora aunque también que ya lo era pero antes votaba al PSOE, por miedo histórico a la "derechona" y la corrupción hizo desaparecer ese temor. Podríamos considerar que Ciudadanos ya ha cumplido su papel de "regenerar" el sistema, devolviéndole al PP el voto perdido una vez se ha "regenerado". O también que cuando te "centras" y agitas el miedo a la ultraderecha, quien gana es el centrado que puede derrotarlos, como Juanma. Lo que también sirve para Espadas...
En el caso del PSOE, encontrar la causa del descalabro es un juego sin fin, tanto que pueden ustedes elegir: candidato, campaña, credibilidad, corrupción, Gobierno de España, etc. Y qué decir de una izquierda que culpa a todo el mundo de su fracaso o se consuela con el fracaso ajeno, el de quienes aspiraban a la Vicepresidencia y volverán a Madrid. Podría decirse que el problema es la división o el gobernar conjuntos, tanto uno como otro vale, siendo cierto que ni siquiera consiguen aprovechar la debacle del PSOE.
En definitiva, cada uno sacará sus conclusiones, sin que prácticamente nadie incluya cómo y cuándo esta tierra podrá volver a tener la riqueza y la prosperidad de hace 200 años, cuando las élites extractivas que nos regían decidieron que era mejor mantener el cortijo amarrado que el progreso económico y el liberalismo político, y así seguimos. Las mismas élites que siguen presentándose a las elecciones, en distintos partidos, analizando los resultados y planificando la siguiente cita electoral.