Anda sobrado Juan Manuel Moreno Bonilla y sus disciplinados trankimazines en el inicio del curso político con la mayoría dominante y dominada que el hombre tranquilo obtuvo en las urnas, tanto que por primera vez en la historia de los nombramientos de delegados en la provincia de Jaén fueron publicados íntegramente, sin sobresaltos, en un diario galáctico de la provincia. Poco importó que las municipales estuvieran a la vuelta de la esquina y que una parte del Grupo Popular Municipal agitara la cabeza pensando, “bien empezados”, a pesar de haberse quitado al flamante nuevo delegado de Justicia, Javier Carazo, hombre en discordia con el portavoz Manuel Bonilla, ahora también parlamentario, que había dividido nuevamente al grupo en dos bloques (amén de los cada vez más versos sueltos que saben que no repetirán, ¡con lo que han trabajado algunos!).
Sobrados Moreno y los tranquimazines delegados, no contentos con la irrespetuosa filtración diseñó la puesta en escena de su presentación oficial para el graderío popular, creyendo que el júbilo y el entusiasmo familiar abarcaba también a los medios, que contentos con ver los juramentos (algunos de ellos zombis resucitados), no precisarían más trato profesional que el gracejo de sus señorías en otro día para la histeria, perdón historia. Antes, el consejero de Justicia, sobrado, tranquilo y mayoritario, anunciaba en el Ayuntamiento que el proyecto de la Ciudad de la Justicia debería empezar de cero, como si no estuviera a cero y claro está, con el sosiego que da la mayoría y la jurisprudencia de las promesas olvidadas, que en Jaén es infinita, Nieto se quedó tan ancho, y Carazo, su delegado, comenzó a ejercer como tal, a pesar de ser el primero en solicitar la justa villa en su época de decano del Colegio de Abogados, ya llovió. ¿Le dolerá la cabeza a Sevilla en unos meses?
Al otro lado, en las oficinas de Cautelas Domínguez, el hacendoso Erik, con la vista puesta en la Casa Grande de la plaza de San Francisco desde que llegó a San Clemente, continúa con su estrategia de no restar (salvo a los que se esfuerzan para ello), aunque la suma signifique seguir contando con algunos de los ‘demoyistas’ de pro que aguantaron el chaparrón y las humillaciones del patrón que inventó el ‘sobrado voy, sobrado vengo’ y de otros que estuvieron y que fueron apartados y pasaron a un quincuagésimo plano por no permitir injerencias en la escena privada. Todo sea, tiene claro Erik en su cautela mayor, por no mover a los alcaldes que procuren parecidos resultados en las municipales que los que obtuvieron en las Autonómicas, a la espera de que Sobrados Moreno dé el visto bueno al anuncio del candidato Agustín González, cuyo retraso denota que el hombre tranquilo lo tiene todo atado o bien atado. O no.