Afirmar con 227 víctimas confirmadas que “El estado actúo bien” como viene haciendo el gobierno central primero es mentira, segundo es deleznable y tercero nos confirma que a los políticos (tanto del gobierno central como de las autonomías) les regalaron el título de educación básica obligatoria en alguna de sus encarnaciones (E G.B., E.S.O, Trivium para los más talluditos…) como a quien le dan un “flyer” de TELEPIZZA. El gobierno central no es “el estado” es parte del estado. Algo que parece desconocer tanto el presidente de la nación como el líder de la oposición. El estado español se explica en 3° de la E.S.O y lo que aparece en el libro de texto estándar es :España se articula en una serie de instituciones (gobierno central, gobierno autonómico pero también diputaciones provinciales, municipios , juzgados…) y es su imbricación y jerarquización (atenuada más o menos según el caso ) a lo que llamamos estado. Esto es lo que se enseña en los temarios aprobados por el mismo estado del que se habla. Lo sé, suena a tautología. Pero ahora resulta que no. El gobierno autonómico y el central son dos entidades independientes que flotan en el vacío y sólo el azar hace que se encuentren. A lo mejor se cumple la sentencia bíblica de “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha”. En todo caso identificar al estado exclusivamente como al gobierno central es un dislate digno de un terraplanista.
En un ejercicio de imaginación supongamos que en vez de una “gota fría” se viene un apocalipsis zombi. La A.Z.E. (Agencia de Zombis Española) manda los avisos pertinentes a la Generalitat pero ésta pasa del tema , el gobierno central (que no el estado) consciente de la negligencia de aquél no interviene preventivamente usando alguno de los mecanismos que tiene a su disposición( el artículo 155, el estado de emergencia…) porque las competencias de matar zombies son de las autonomías aludiendo a un “no le quito esas pajas competenciales” y se queda de brazos cruzados mientras la zombificación aumenta exponencialmente. Resultado, cordón sanitario en la Generalitat, unas bombas atómicas de la O.T.A.N., dejar el Levante como un solar y unos políticos (evacuados previamente) echándose las culpas ante un pueblo harto. ¿Exagerado? Puede, pero no me negarán que las mecánicas son parecidas. Se otean responsabilidades políticas y/o judiciales en el horizonte pero no vemos el telón de fondo. Y a mí no me importa gritar “El emperador está desnudo”. El sistema de las autonomías tiene fallas como la fosa de las Marianas y así se vio en la gestión de la pandemia y lo sufrimos día a día en la educación .Ésa vulgarmente llamada “selectividad” a la que el gobierno central (que no el estado) no tiene bemoles de meter mano perpetuando una situación injusta que sangra aún más desde un gobierno que se llama progresista (aunque apoyado por un partido democristiano vasco y la más rancia derecha catalana que bajo un cambio de siglas intenta hacer borrón y cuanta nueva de décadas de corrupción). Lo puedo decir más alto pero no más claro: proclamar que “El estado ha actuado bien” con 227 cadáveres es hacer aguas mayores en sus cuerpos calientes y en sus familias.
Carlos Oya
La chapaEl estado, la D.A.N.A. y la E.S.O.
En un ejercicio de imaginación supongamos que en vez de una “gota fría” se viene un apocalipsis zombi