El bar de la esquina

Antonio Reyes

El nuevo andalucismo

Por primera vez en cuarenta años se ha celebrado el Día de la Bandera en Andalucía, un acto que fue propuesto por primera vez en público por el ex político...

 El nuevo andalucismo

Foto: EXTRA JAÉN

Manifestación del 4D.

Por primera vez en cuarenta años se ha celebrado el Día de la Bandera en Andalucía, un acto que fue propuesto por primera vez en público por el ex político Alejandro Rojas Marcos, antiguo líder del Partido Andalucista, al presidente Moreno Bonilla. Este recogió la proposición y en ese mismo instante dijo que ya tenía pensado lo que le acababan de proponer.

Lo que ocurrió en ese instante fue un acto reflejo del presidente andaluz, que vio en el 4 de diciembre la posibilidad de ponerse una medalla, al ser su gobierno el que celebraría por primera vez este aniversario. Los fastos han recorrido toda la comunidad para desplegar un nuevo amor patrio. Y no digo nuevo porque este gobierno no ame a Andalucía, faltaría más. Lo digo porque, otra vez, me da la impresión de que se han adueñado de un símbolo que es de todos. ¿Cuarenta años después se declara un día de la bandera? ¿Para qué sirve? No os equivoquéis, que todo tiene su porqué.

Esta nueva celebración es un engranaje más de una nueva propaganda. Me explico. Si soy el primero en declarar este día oficial, la bandera ya es mía. El que da primero da dos veces. Además, el propio Rojas Marcos lo ha dicho: «necesitamos un partido andalucista, pero de derechas». Un político que pasó sin pena ni gloria por la historia política de la región, jubilado desde hace tiempo, y que ahora vuelve para mirar las obras desde la barrera. Igual en su momento le quedó algo pendiente por hacer, no sé.

De nuevo, la exaltación de los símbolos, de la patria como concepto y arma. Pasó con la bandera nacional con Aznar. En su despacho, el ex presidente tuvo la genial idea de lograr que lo de todos se convirtiese solo en lo de unos pocos, logrando que los que no confiesan su religión le tengamos un poco de tirria a la enseña nacional. Y claro, si no quieres llevar la banderita en la pulsera, en el cinturón, en los tirantes o en el cuello del polo, era comunista, antiespañol y filoetarra, faltaría más.

De todas formas, tengamos más o menos cariño a la blanca y verde, ha llegado el momento de que alguien ponga las cosas claras de una vez. Ya tenemos día de la bandera, bien. ¿Le prestamos atención entonces al padre de la patria andaluza y explicamos por qué este partido se ha negado sistemáticamente a abrir fosas de asesinados por los sublevados o no es tema que toque ahora? Tras ser asesinado en la carretera de Carmona, el cuerpo de Blas Infante Pérez de Vargas fue tirado a una fosa común conocida como Pico Reja. Sí, una fosa común, una de tantas que el partido que ha instaurado el día de la bandera no ha querido abrir nunca. Nene, como lo oyes. El nuevo andalucismo que se pretende crear no ha querido saber nunca nada del pobre Blas, para que veas. Vamos, ni de él ni de todos los andaluces que dieron su vida por su tierra y por la libertad y la democracia y cuyos cuerpos yacen todavía en fosas comunes. Qué cosas, ¿verdad?

El camino lógico hubiese sido pedir perdón por la parte que les toca, ayudar a las familias que buscan los restos de sus muertos en cunetas y cementerios para darles una sepultura digna por fin y arrinconar políticamente al partido ese que ni quiere ni se le espera a la hora de defender el Estatuo Andaluz. ¿Queréis un andalucismo sin complejos? Pues quizá deberíais darle una vuelta a la historia de esta región y reconocer que lleváis cuarenta años pisando las esperanzas de quienes desean cerrar de una vez esa página terrorífica que supone dejarte media vida buscando la «fosa del abuelo», como decía su anterior secretario general. Esa fosa del abuelo, la de Blas, la de miles más, representa algo que los nuevos adalides del andalucismo nunca van a tener: agallas.

No por coser mil banderas más vais a ser más andaluces que nadie. Ya verás qué poco van a tardar en decirnos que los males de esta tierra se curan comiendo un trozo de la blanca y verde tres veces al día, porque todo el mundo sabe la gran cantidad de vitaminas que tiene un trozo de tela.