Siempre que se pretende poner las cosas en su sitio salen las mismas voces, las más españolas de todos los tiempos, negando la historia del país que tanto aman. Este gobierno pretende aprobar una nueva Ley, llamada de Memoria Democrática. He leído los 66 folios, porque hago lo que no han hecho quienes la critican: leerla antes de hablar sobre ella.
El problema para los detractores de esta nueva Ley, es que Bildu ha votado a favor. Y hasta aquí sus argumentos. Ni los admiradores del dictador y su legado ideológico pueden ponerle una pega, ya que sus argumentos se basaban hasta ahora en que «también hubo víctimas de derechas en la guerra». Tócatelos, pues claro, como en todas las guerras. Este nuevo proyecto de Ley busca el «reconocimiento moral de todos los hombres y mujeres que fueron víctimas de la guerra civil española, así como de cuantos padecieron más tarde la represión de la dictadura franquista». TODOS sin excepción. Eso sí. Tras la victoria nacional, también el honor de las víctimas que murieron por defender la libertad ante un estado autoritario. Y esto es lo que nunca les ha gustado, porque para ellos, la dictadura no fue tal. Durante cuarenta años hubo dos bandos. Uno que impuso su ley y represión y otro que la sufrió. La posguerra se llevó por delante a miles de personas sin un juicio justo, pero de eso los defensores garrafón de nuestra historia no hablan.
Para ellos solo existe ETA en la historia de España. Aquella terrorífica organización dejó las armas gracias a la lucha del Estado y del pueblo. Ahora parece que nadie quiere pasar página, como sí se hizo en la transición. Entonces tenían a los culpables de todo sentados a su lado. ¿Qué pasó para dejar que un fascista se convirtiera en demócrata de un día para otro? ¿Por qué no quieren enterrar a ETA de una vez por todas? Fácil: les sigue dando votos, ese es su único argumento.
Víctimas del terrorismo, sí, víctimas del franquismo, no. Tiene que ser incómodo pertenecer a unos partidos que nacieron de la herencia de un dictador. O puede que no. Lo que ocurre es que los eufenismos se les acabaron hace tiempo y en este tema Villarejo no les puede ayudar.
No quieren esta nueva Ley porque no quieren la verdad. Esconder sus raíces y lo que no se contó de la transición les ha venido muy bien a muchos. La única damnificada ha sido la verdad, la propia Historia de España, un país sin pasado reciente.
Antonio Reyes
El bar de la esquinaPaís sin historia
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