La tirilla

Santiago Donaire

A esta edad, abandonar es imposible

La militancia, no impide la autocrítica y es que en Andalucía la izquierda tiene muchos motivos para la reflexión

Hay un frente amplio entre los que desprecian la política. Viene de lejos, no es nuevo, los más mayores lo recordaréis, el mensaje de nuestros educadores de como los males de España venían de los partidos políticos y por eso estaban prohibidos o el “no te signifiques”, todos incidían en lo mismo: aléjate de la política. Con la llegada de la democracia, el mensaje se redujo pero quedó latente, es ahora, para sorpresa de nadie, cuando volvió con fuerza renovada. Resulta esclarecedor escuchar el desprecio con que algunos políticos profesionales hablan de la política, como si ellos calentasen el escaño por caridad cristiana. En fin, que querer que el médico te mire eso que te duele cuando te duele, es de rojos al servicio de la Tercera Internacional.

Mantener o no el poder adquisitivo de las pensiones, que la sanidad pública sea de calidad al igual que la educación o no lo sea, que se evite la explotación de los trabajadores y no impere la ley de la selva, que nos garanticen la calidad del aire que respiramos y los productos que consumimos, evitar el abuso en los alquileres de viviendas, los impuestos, el orden en nuestra calles, los trenes y los no trenes… todo ello es política y por eso no quieren que participemos.

Los políticos de la antipolítica ya los conocemos, se les ve venir, lo peor son la legión de seguidores que crearon y que desde posiciones de cuñadísmo menosprecian la opinión de quienes estamos implicados, ellos se presentan como librepensadores y a ti te colocan en el sectarismo. Dicen que no somos libres porque estamos politizados, su presunta neutralidad ante las injusticias y los abusos no deja de ser un posicionamiento junto al opresor.



Percibir que vivimos en un mundo injusto y desigual, con vertiginosas diferencias sociales, que hacen que entre dos personas humanamente iguales, haya un universo o más bien un infierno de distancia, no es tan frecuente como deberíamos esperar. La obviedad de lo habitual incide en la pasividad colectiva. Sin duda fue la razón principal de mi compromiso político desde muy joven, como el de otros muchos más, siempre en el mismo lado, imagino que algo habremos cambiado pero aún nos reconocemos, a nuestra edad abandonar es imposible.

La militancia, no impide la autocrítica y es que en Andalucía la izquierda tiene muchos motivos para la reflexión. La falta de liderazgo y de mensaje, los cambios que no son tales, la incapacidad de ilusionar y seducir a propios y extraños, es algo que o lo solucionamos o lo que te rondaré Moreno.

Permitirme la transcripción de una conversación de "Alicia en el país de las maravillas".

-¿Podrías decirme, por favor, que camino debo seguir para salir de aquí?
-Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar- dijo el gato.
-No me importa mucho el sitio…- dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes- dijo el gato.

Salud.