La tirilla

Santiago Donaire

Catalanes en Andalucía

Os recibimos catalanes con alegría Olé mi madre, olé mi suegra y olé mi tía Catalanes, vienen a Andalucía gordos y sanos Olé mi madre, olé mi suegra y olé...

Os recibimos catalanes con alegría
Olé mi madre, olé mi suegra y olé mi tía
Catalanes, vienen a Andalucía gordos y sanos
Olé mi madre, olé mi suegra y olé mi tía.

La llamada de Moreno Bonilla a los ricos catalanes para que vengan a nuestra tierra, al abrigo del excelente trato que aquí se le da a las grandes fortunas, no deja de recordarme la genial peli de Berlanga: “Bienvenido Míster Marshall”. Donde todo un pueblo soñaba con la bonanza que traerían los americanos.

Para que no pasen de largo igual que hicieron por el ficticio Villa del Rio, tendríamos que esconder algunos de nuestros pecadillos con el fin de que no se asusten, porque a estos catalanes no les gusta mucho vivir en sitios donde la desigualdad esté tan a la vista, que ser rico está bien, pero no rodeado de pobres.



A estos potentados catalanes tendríamos que ocultarle que somos la segunda comunidad con menos inversión por habitante en Sanidad pública y por tanto campeones en lista de espera. No deberían conocer la situación de nuestra Educación pública y como se apoya más a la privada, contribuyendo con ello a consolidar la desigualdad.

Ellos tan cerca de la ecologista Europa, no son muy dados a bendecir que se acabe con Doñana, con el apoyo de la administración andaluza a los pozos ilegales que secan el paraíso de la UNESCO y Patrimonio de la Humanidad.

Lo de financiar las corridas de toros y las cofradías pues tampoco se lleva mucho en su tierra, donde ya hace tiempo cerraron las plazas de toros y los respetados santos se cobijan en los templos.

Así que me temo que la medida tomada por el gobierno andaluz, dirigido por el partido de los ricos, no va a tener mucho éxito, pues lo de asistir al desagradable espectáculo de la desigualdad y la pobreza es algo antiguo en esta tierra, muy al gusto de los señoritos de toda la vida (señorícos en mi pueblo), pero no del gusto de los ricos ilustrados que pretenden captar.

El Gobierno de los ricos después de su indiscutible victoria electoral está muy crecido y tras la cara amable del Presidente Juanma, se han puesto manos a la obra, a desmantelar el Estado del bienestar, sin pudor alguno, bajando impuestos a los suyos, los que más tienen y reduciendo o quitando prestaciones a la mayoría de andaluces. Buscando el enfrentamiento con el Gobierno central al que piden más transferencias. Ya sabíamos que el suavico y campeón del buenismo no tiene nada que envidiar en sus hechos a la histriónica presidenta madrileña.

Con los últimos coletazos de la pandemia, sin pausa alguna, nos llegó la guerra, la crisis energética y una inflación que no se conocía desde hace décadas. La subida del tipo de interés del Banco Central europeo, encarecerá los préstamos y con ello nos acercará la temida recesión. Ante este escenario hay que evitar lo de siempre, que los poderosos terminen más poderosos y los pobres más empobrecidos, para lo que no cabe más que cumplir lo establecido en la Constitución para los impuestos: “… el sostenimiento de los gastos públicos se hará de acuerdo con la capacidad económica de cada uno…”
Permanecemos a la espera para que el Presidente Juanma se suba al balcón tal que Pepe Isbert y nos diga “…ciudadanos de Andalucía, como Presidente vuestro que soy, os debo una explicación y esa explicación que os debo, os la voy a dar…”

Salud.