Vaya por delante mi más absoluto rechazo ante la corrupción política y a sus variantes como el clientelismo, venga de donde venga, por el daño que hacen a nuestro patrimonio y porque desacreditan el sistema democrático, dando alas a los oportunistas, a los salvapatrias.
El asunto de los ERES nunca debió de ocurrir, durante años el PSOE lo pagará en las urnas, los electores de izquierdas son menos permisivos con la corrupción que los de la derecha que lo ven como algo natural a la acción política.
Llama la atención como los jueces se ceban en los ERES sentenciando con años de cárcel a José Griñán que no se enriqueció y sin embargo siguen sin dar con la identidad de un tal M. Rajoy que aparece en la contabilidad B del PP y en grabaciones con su famoso “Luis, se fuerte”. Se extiende la sensación de que unos pagan por sus responsabilidades políticas y otros no, que la discrecionalidad de los jueces genera más que dudas en el sistema judicial. Pues según quien eres así te juzgan.
La pretendida independencia judicial queda entredicho y no por su mayoritaria ideología conservadora, sino por como la aplican en las sentencias. No podemos dejar unos de los poderes del Estado fuera de la soberanía popular, que radica en el parlamento. La pretensión de que los jueces se elijan entre ellos es una burla a la democracia como lo es que solo se renueve cuando gobierna la derecha.
Señores jueces, sois de lo peor, aún recuerdo al Juez del Tribunal franquista de Orden Público que juzgaba al que esto suscribe por militar en un partido y como al poco tiempo pasó a ser Juez de la Audiencia Nacional, de perseguir demócratas a defender la democracia, el zorro guardando las gallinas. El caso es que visto lo visto, poco cambió a pesar de los años transcurridos.
El problema no es tanto la sentencia de Griñán, como la corrupción del sistema judicial, que usa los tribunales de Justicia para hacer política al margen de la soberanía popular. No es Griñán la única víctima, tengo siempre en la memoria a las mujeres maltratadas o forzadas, a las que el señor juez les culpabiliza por no resistirse lo suficiente o por ir con ropa “inapropiada” para su señoría, sin olvidar su aporofobia que les hace llenar las cárceles de delincuentes pobres con mucha más facilidad que a sus colegas ricos, ladrones de guante blanco. También el permanente toque de xenofobia hacia los emigrantes o como sentencian a independentistas por no cumplir la ley, cosa que hoy están haciendo ellos con la ley para renovar el Constitucional.
La trampa que diseñaron con Griñán es perfecta, si ingresa en la cárcel, será aprovechado por la derecha y sus medios de comunicación. Si el Gobierno lo indulta la campaña está igualmente servida: “el Gobierno del PSOE indulta al presidente del PSOE”. El problema no es si Griñán ingresa o lo indultan, el problema es que la judicatura está gobernada por una casta al margen del poder popular, una extensión de la derecha de toda la vida, mi juez faccioso del TOP ahí sigue.
Salud.