El pasado domingo en Madrid, la derecha española aclamó como líder de la oposición a Feijo (con una solo una “o” que así estaba impreso en los carteles) y todo ello a 3 días del debate de investidura como Presidente del Gobierno, que salvo movimientos mafiosos de última hora será un fracaso, pues no tenían ni tienen mayoría parlamentaria que en este país se precisa para gobernar, es la democracia.
Los que califican como exitosa la concentración por juntar a 50.000 personas son los mismos que dijeron que la última manifestación en defensa de la Sanidad Pública en Madrid fue un fracaso, a pesar de los 650.000 madrileños y madrileñas que la apoyaron y es que esta derecha además de precisar un repaso a la ortografía también les vendría bien unas clases de apoyo en matemáticas de primero de primaria. Qué pena que no encontraran al tal M.Rajoy, que en eso de contar aunque fueran euros era un hacha.
Ahora desde la oposición ganada a pulso, podrán seguir desarrollando su programa, basado estrictamente en el antisanchismo, el domingo en el mitin mostraron un manifiesto agotamiento dialectico del discurso político. De los problemas del país (Desigualdad social, paro, sanidad, educación, infraestructuras, pensiones, cambio climático, nacionalismo, renovación del CPJ, federalismo, reforma de la Constitución…), como que no van con ellos, bueno salvo lo de bajar los impuestos a los que más tienen, eso sí.
No quiero dejar de comentar el trabajo sucio, de apoyo a la derecha que realizan algunos antiguos dirigentes socialistas, más que exdirigentes hay que definirlos como exsocialistas, pues ser socialista no te lo da el carnet sino los principios. Ya antes, en 2016 lo hicieron, y lograron que gobernara Rajoy con la abstención de parte de la bancada socialista, aunque para ello precisaron fracturar el partido. En aquella ocasión fueron acompañados por una mayoría de cargos, más preocupados del sillón que de la gente. La historia es conocida y no me voy a prodigar, fue la militancia la garante de los principios y la que hizo que Sánchez volviera y presidiera un Gobierno progresista que afrontó con éxito los mil y un problemas del mandato, con una visión de izquierdas, donde la gente estuvo siempre por encima de los intereses de las grandes corporaciones, de los que más tienen.
Aunque aparecieron juntos Felipe González y Alfonso Guerra, hay diferencias entre ellos, el primero hoy es claramente un prescriptor de la derecha, lo es desde hace tiempo. Guerra además de eso es un impresentable misógino y machista, que no se enteró que el mundo cambió, su pretendido chiste sobre la Vicepresidenta ya no hace gracias a nadie, solo da asco.
En Suresnes se hizo una renovación generacional, una refundación del partido donde desplazaron a socialistas históricos en el exilio por jóvenes universitarios residentes en España, que con luces y sombras modernizaron el país y nos llevaron hasta aquí. Hoy como entonces el Psoe precisa una nueva refundación, que suelte lastre y no por la edad sino por los principios, quien quiera defender a las eléctricas, a los bancos y a los que más poseen, tienen sitio en el PP. Los que quieran vivir del sillón que hagan oposiciones. Aquí solo debe haber sitio para los defensores de la mayoría social del país, que es la clase trabajadora, entendida con visión del siglo XXI.
Somos muchos los que queremos un gobierno progresista presidido por Pedro Sánchez, que se forme sin aceptar chantajes, pero que quede claro que con la derecha española actual a ningún sitio.
Salud.