La tirilla

Santiago Donaire

Todo es falso, salvo algunas cosas…

Que la mentira funciona, que la simpleza de los mensajes adornados de memes son muchos más efectivos que sesudos artículos

Esta mañana hablaba en medio de un olivar con el alcalde de un pueblo, de los pueblos grandes de la provincia, que en un momento mira para el cielo y dice: “ya está liados otra vez los aviones dando vueltas para que no llueva, mira el quiebro que hace aquél, justo donde acaba mi término municipal, nos la tienen jurada”. Como comprenderéis ante esto, salvo la indisimulable cara de perplejidad no fui capaz de dar respuesta alguna, estelas de aviones mecidas por los vientos a 9000 metros de altura, en la ruta norte-sur que diariamente por cientos cruzan nuestro cielo. La teoría de los aviones y sus chemtrails (estelas químicas) lleva tiempo ganando adeptos. No son solo los aviones perversos los únicos que contaminan nuestras mentes, hay mucho más, toda una estrategia para desvirtuar la realidad.

Fijaros en los agricultores saqueadores de agua en Doñana, delincuentes por mucha azada que se echen al hombro, que por medio de los intentos de la derecha de legalizar sus riegos han conseguido situarlos como víctimas, de tal forma que hoy incluso se habla de indemnizarlos para que dejen de secar el humedal Patrimonio de la Humanidad.
Las obras del tranvía que nunca llegan, ni en la anterior legislatura de Juanma, ni en 2023, ni en 2024, ahora dicen que para 2025. Acordaros que fue en 2008 cuando aquel alcalde asocial, pendenciero e integrista prometió no subirse nunca y claro nos incluyó a todos. Hoy sus compañeros están preocupados para dar una solución a los coches que aparcan en las vías, en vez de dar soluciones sostenibles y sanas a la movilidad como fomentar el transporte público o los desplazamientos peatonales.

Hacen correr el bulo de que las empresas en manos públicas no son rentables, mejor privatizadas, de esa forma lograron acabar con un sector público que fue la joya de la corona: Telecomunicaciones, Electricidad, Combustibles, ferrocarriles, altos hornos, astilleros… Toda una estrategia para forrarse ellos y dejar al Estado sin herramientas para combatir situaciones críticas o la inflación. Pero cuajar, cuajó, la idea de en manos privadas mejor. Algún Ayuntamiento que se atrevió a remunicipalizar servicios, como los de agua o transportes, se sorprenden de las generosas ganancias que logran para los contribuyentes y que antes se llevaban las empresas concesionarias en aras de su “mayor capacidad de gestión”.



Enseñar en la escuela que los hombres y las mujeres somos iguales en derechos dicen que es adoctrinar a nuestros niños. Mientras que sacarlos en hora de clase a procesionar ídolos es educarlos en Libertad. ¡lo vemos a diario, ya casi normal!

Pensar que trabajadores de bajos ingresos defienden la bajada de impuestos que la derecha propone, sin percibir que son los primeros perjudicados al recortarles los servicios básicos como la sanidad, la educación, dependencia o pensiones.

En fin que la mentira funciona, que la simpleza de los mensajes adornados de memes son muchos más efectivos que sesudos artículos. Que este caldo de cultivo busca algo más que actuaciones concretas, que si la cosa se les tuerce, el camino a los salvadores de la patria está servida.

Salud.