La tirilla

Santiago Donaire

Jaén, mi bella ciudad

No me harto de repetirlo: estoy muy contento de vivir en Jaén, no creáis que es un estado irreflexivo, fruto de un momento de paz interior, que no. Es algo...

 Jaén, mi bella ciudad

Foto: EXTRA JAÉN

Vistas de Jaén.

No me harto de repetirlo: estoy muy contento de vivir en Jaén, no creáis que es un estado irreflexivo, fruto de un momento de paz interior, que no. Es algo muy meditado.

La ciudad tiene un tamaño que te garantiza los servicios precisos y una considerable oferta cultural. Podemos desplazarnos a casi todos los lugares caminando y a la vez sentirte arropado por tus vecinos. Es casi imposible no encontrarte con conocidos o amigos durante un paseo, aquí sí que te cruzas con tu ex por la calle. Te conocen en la panadería, en la pescadería, en el bar de la esquina, en el mercado y hasta en Hacienda.

La ciudad no tiene la monumentalidad de nuestras vecinas Granada o Córdoba pero en su conjunto es armoniosa, con un patrimonio arquitectónico relevante y con un casco histórico que sus vecinos lo mantienen vivo, a diferencia de otros lugares afectados por el turismo de masas y la gentrificación que los convirtieron en parques temáticos, nada que ver con los barrios de Jaén llenos de vida. Nuestro entorno natural es único: valles abiertos entre lomas por las que cabalgan formaciones entrecruzadas de olivos, sobre las que sobresalen sierras calcáreas de tonos sienas, moteadas de pinares, encinas y quejigos.



En estas navidades la ciudad de Jaén está especialmente bella, las vistosas luces con las que el Ayuntamiento adornó nuestras calles hacen mucho, pero el éxito radica en la masiva presencia de gente, paseando, en corros, en tertulia, reencuentros sonoros… un éxito de concurrencia, un baño de masas, de autoestima del que tan carente estamos y tanto necesitamos.

Sé que tenemos muchas carencias, sobre todo la sangría de nuestros hijos expatriados económicos en lejanos y fríos lugares. Por esta vez permitirme que me centre exclusivamente en lo positivo: Vivimos en un bello lugar.

Nuestros principios políticos pueden hacer ver lo blanco oscuro, pero intento ser objetivo y sin duda hemos encadenado la mejor feria de San Lucas con las mejores fiestas navideñas. Había muchas ganas de salir después de la pandemia, pero también hay que reconocer el mérito del gobierno municipal, que con imaginación, con un menguado presupuesto y con mucho trabajo lo está propiciando.

El situarse en un posicionamiento crítico te permite reconocer lo bien hecho y criticarlo cuando no lo está. Sin duda hemos avanzado bastante, hoy tenemos una ciudad más limpia, con un transporte público más eficiente y sostenible, a la vez que se abren nuevas oportunidades económicas. Mucho nos queda por recorrer pero ese es el camino.
Salud.