La abstención, un voto a la derecha

A una semana de las elecciones de Andalucía los estudios demoscópicos nos adelantan que de los 6,6 millones de electores andaluces hay un 40% entre indecisos y abstencionistas. La información hay que cogerla con pinzas, pues cada vez son más las encuestas que se publican con el fin de influir en la intención del voto antes que de predecir los resultados. Acordaros que en 2018 las encuestas daban ganadora, con posibilidad de formar gobierno, a Susana Díaz y hoy es comentarista en el programa de Cuatro “Todo es mentira”.
Salvo excepciones contadas hay una máxima que se cumple y es que la izquierda solo gana cuando la participación es alta, pues entre su electorado existe un porcentaje significativo que va a votar cuando se siente motivado, identificado con un programa, con la candidatura, quedándose en casa cuando le traicionan. Mientras el electorado de derechas tiene un numeroso grupo que más que votar parece que fichan, son inmunes a los casos de corrupción, a los incumplimientos electorales, haga frio, calor o caigan chuzos de punta, allí están.
No todos los desencantados se quedan en casa, los hay que quieren reflejar su descontento con un voto diferente. Para canalizar ese voto existe toda una ingeniería política que les generan nuevas marcas, con caras jóvenes y banderas diferentes. Consiste en dar la sensación que votas algo nuevo cuando en realidad siguen siendo lo mismo, fijaros que para gobernar el PP en Andalucía precisó dividirse en 3 partidos: PP+Cs+Vox, pudiendo así captar los votos de los que fichan, de los fieles, los críticos por el centro y por el centro extremo, puro márquetin.
A quienes hoy tienen dudas quiero hacerles una llamada y animarles a votar, aún no hay nada decidido, falta vuestro voto. No es tan simple como publican los medios y sus empresas demoscópicas, que barajan solo dos escenarios: que gobierne el PP solo o el PP más Vox. Si vais a votar habrá una mayoría progresista, un gobierno para la mayoría y no para los de siempre. Acordaros de quienes en estos años hicieron posible la subida del salario mínimo, la revalorización de las pensiones, los ERTES que salvaron millones de puestos de trabajo o las medidas para la reducción del recibo de la luz. Mientras, otros votaban en contra de las medidas protectoras de los trabajadores y a la vez bajaban impuestos a los que más ganan. Sin el Estado Social la mayoría de la llamada clase media no sería tal.
Ya sabéis, no hay un autobús que te lleve a la puerta de tu casa, por eso hay que coger el que te deje más cerca. El próximo domingo ve a votar y hazlo por la izquierda, hay varias opciones, elige la que te deje más cerca. VOTA
Salud