La tirilla

Santiago Donaire

Nuestro tiempo

Que el tiempo vaya despacio, que nadie ni nada nos impida introducir cambios en la rutina diaria, que haya lugar para la pasión, para sueños inconfesables

El tiempo, nuestro tiempo, se mide por la capacidad que tengamos para generar recuerdos, colectivos o individuales, Manuel Vicent dice que “el tiempo no existe, que son solo las cosas que nos pasan”. Efectivamente lo que nos ocurre o lo que hacemos, son como hitos en el camino, en nuestra vida, cuantos más hitos pongamos más vivimos. En los periodos donde no pasa nada, en los que reina la monotonía, los días, los meses, los años te arrastran sobre la vida a una velocidad increíble, solapándose unos sobre los otros como si fuéramos en una cápsula de hibernación durante un viaje intergaláctico, entonces llegamos al destino, al final, sin habernos enterado, ¿ya está? Cuando no ocurre nada, para algunos es desde que nacieron, entonces la vida se comprime como un acordeón y se pasa en un abrir y cerrar de ojos. No existe otro remedio conocido para que el tiempo discurra más despacio sin resbalar sobre la memoria que vivir a cualquier edad pasiones nuevas y experiencias excitantes.

Mi deseo para 2025 y posteriores: Que el tiempo vaya despacio, que nadie ni nada nos impida introducir cambios en la rutina diaria, que haya lugar para la pasión, para sueños inconfesables, embrollos imaginarios, que nunca nos falte la búsqueda de la felicidad propia y ajena. Mientras nos recrearemos en el viaje, en el día a día disfrutando con el olor a tierra mojada de las tormentas, al de la higuera a finales del verano o al ramón quemado en el cercano olivar, con los gritos de la chiquillería saliendo al recreo, con tu sonrisa, saboreando los últimos rayos de la puesta de sol que iluminan las Alcandoras o con los cielos velazqueños sobre la sierra de los Grajales. Disfrutar de las buenas compañías, de la gente que os quiere y a la que queréis, si hay que morder a los malos se les muerde y no perdáis el tiempo con los tristes, tenemos que aprovechar hasta la última gota. Sabemos que el viaje es colectivo y la dicha no es tal sino es de todos y todas, cuando llegue el final será lo de menos.
Salud y feliz año.