La tirilla

Santiago Donaire

Pelotas

Siempre me llamó la atención el mundo de los pelotas, desde pequeños apuntan, comienzan en el cole haciéndole la rosca al profe, a los entrenadores...

Siempre me llamó la atención el mundo de los pelotas, desde pequeños apuntan, comienzan en el cole haciéndole la rosca al profe, a los entrenadores, al líder de la pandilla, más tarde se disputan a los jefes en las empresas y no digamos de la corte que acompaña a los responsables políticos. Hay muchos y por todas partes, revoloteando en torno al poder. Que te den coba es atractivo, la adulación genera autoestima en el adulado, crea adicción como una droga dura. A veces su presencia termina siendo vital para el jefe, sin ellos no puede seguir, entonces van hacia el fracaso.

La adulación como la envidia no necesariamente tiene que ser insana, puede ser una herramienta de seducción, para ligar, para agradar al otro y por ello no tenemos porqué sentirnos culpables, salvo que el adulado se lo termine creyendo. El problema viene cuando el peloteo se hace a quien ejerce el poder. Fue Kennedy, JFK, el que dijo “hagas lo que hagas, el 20% de las personas estarán en contra” de forma que si eso no ocurre, deberías sospechar que hay colaboradores que no te están haciendo llegar su posición crítica. Estoy convencido que Putin no recibió ninguna opinión crítica de sus asesores ante la decisión de invadir Ucrania. Pensaba llegar a Kiev en menos tiempo que el tren de Madrid a Jaén, sus consejeros seguro le hicieron la ola, sin plantearle dudas, sin aportar una visión más realista, limitándose a adularlo como un gran visionario, como el nuevo zar de todas las rusias, lo que le ha llevado a una guerra suicida y criminal.

Putin nos queda lejos, mejor nos fijamos en los más cercanos. Los que nunca plantearon dudas sobre polígonos ubicados en medio de ningún sitio, propuestas de estaciones lejanas, polideportivos remotos, proyectos innecesarios, mal gestionados, callar ante conductas irregulares, traición a los principios, circulación de sobres, lejía a precio de jamón 5J…

La ruptura habitual entre el pelota y su superior suele ser por el fracaso profesional del equipo, (que se lo digan a Josenri, a Susana Díaz o a Casado). Un director general de una empresa o un político con responsabilidades públicas que no tengan a su alrededor personal cualificado, con criterio para decirle cuándo pueden estar equivocándose corren un riesgo que, tarde o temprano, les va a hacer estrellarse.

Dotarse de órganos plurales y con capacidad crítica es un salvavidas táctico: si solo te rodeas de quienes te dan la razón, ya sea por admiración, miedo o interés, el debate se empobrece, la crítica desaparece y el nivel se hunde, te faltan gafas para mirar puntos muertos y voces que podrían advertirte de errores y peligros inminentes. La miopía voluntaria es tan orgánicamente cómoda en el día a día como estratégicamente estéril y suicida en el medio plazo.