La tirilla

Santiago Donaire

Votemos

En unos días se celebrarán elecciones en Andalucía y apenas se percibe ambiente electoral. Me da que hay cierta indiferencia, pasotismo, hartazgo entre el...

En unos días se celebrarán elecciones en Andalucía y apenas se percibe ambiente electoral. Me da que hay cierta indiferencia, pasotismo, hartazgo entre el electorado, mucho tendrá que ver en ello la crispación, la mala leche derramada por quienes en la política nacional no aceptan estar en la oposición, negando con las peores artes cualquier gobierno que no sea el suyo. No es de extrañar que el personal se canse, claro que desde la izquierda tampoco somos unos hachas de la motivación.
Intentaré abandonar los peros y ser pragmático. Conectemos con el proceso electoral mediante el análisis de los programas de los diferentes partidos, hay quienes aún no los tienen, como si los seculares problemas de esta tierra fueran algo de última hora. Los precedentes en Andalucía y en esta provincia es que las promesas siempre fueron papel mojado, toda una relación reiterada de incumplimientos, con autovías, trenes, puertos secos, ITI, APAS, tranvía, museos… Es preocupante la banalización de las promesas electorales.
El incumplimiento en las infraestructuras fue algo común a todos los partidos. Pero he de admitir que la derecha ha demostrado cumplir con su ideario político. El neoliberalismo no cree en la Sanidad Pública y en estos años de mandato se aplicaron en acabar con ella, hoy si no tienes dinero para contratar un seguro privado te puedes morir en la lista de espera del Servicio Andaluz de Salud. Otro punto que cumplieron fue deteriorar la Educación Pública, a la vez que fomentaban la concertada. No acaban ahí sus compromisos cumplidos, prometían bajar los impuestos y se los bajaron a los que más tienen. Para los próximos años quieren más, como acabar con la lucha contra el machismo y con las políticas de igualdad.
Mientras en España, el Gobierno de coalición se dedicó a subir el salario mínimo, a perseguir la precariedad y explotación de los trabajadores, a que por primera vez superáramos los veinte millones de afiliados a la Seguridad Social. Que más de la mitad de los nuevos contratos lo fueran con carácter indefinido, o a mantener el poder adquisitivo de los jubilados. A rebajar los impuestos sobre el recibo de la luz tensionado por la guerra, 2 millones de familias con bono social para que no le corten la luz, establecer un mínimo vital para los que más lo precisan. ERTEs durante la pandemia para salvar el tejido productivo, cuarenta millones de vacunados COVID… Un sinfín de logros en los que contó siempre con el voto en contra de la derecha.
No tengo duda, hay muchos peros y objeciones, pero no hay color, los currantes que vivimos de nuestro trabajo no lo dudamos e iremos a votar. La dignidad de las personas y los pueblos siempre por encima de las ganancias y las leyes del mercado.
Salud