Tribuna

Rubén Beat

Libertad y Arte

En un conjunto individualista, no cabe la cooperación social como principio positivo y necesario

¿Qué principios desarrolla la libertad en la sociedad actual?

Si entendemos las sociedades partiendo de sus individuos para obtener una totalidad, obtendremos que dicha totalidad es la suma de individualidades.

Si entendemos las sociedades como conjuntos patrimoniales de la humanidad, obtendremos un resultado diferente, más cerca del objeto social y humanista que del objeto individualista.



Si bien, interpretamos las sociedades como la suma de individuos; los principios que desarrolla la libertad en estos individuos parten de su propio objeto para su propio sujeto.

El individualismo puede ser interpretado como objeto del individuo y como su principio o eje, y a partir de aquí construye la visión de su propia interpretación de un conjunto individualista y no de una sociedad humanista, conceptuando la libertad en una cápsula propia en la que todo individuo tiene derecho a vivir sin interferencia de los demás.

En un conjunto individualista, no cabe la cooperación social como principio positivo y necesario. Tanto es así que los principios de la libertad en las sociedades modernas, están basados en este hecho. Todo es objeto del individuo y todo forma parte de esta visión única.
Los principios que desarrolla la libertad en las sociedades humanistas, parten de dicha humanidad, como pueden ser la solidaridad, la empatía, el progreso común y la libertad tanto en el entorno social como en el entorno natural.

Estas diferentes concepciones de las relaciones individualistas y sociales, desarrollan diferentes corrientes artísticas que han de llevar a las personas hacia el individualismo o hacia la humanidad.

La interpretación de la belleza en el arte, parte de esta premisa. La estética artística de la obra es un factor predominante en cualquiera de las ramas artísticas de tal modo que a través de la transversalidad de la belleza podemos apreciar como la sociedad se observa a sí misma a través de sus propios sujetos artísticos.

En la sociedad actual existe una correlación de ideas influenciadas por el paroxismo del individuo frente a la sociedad. Llamémosle estética económica, en relación a la influencia que tienen los sistemas económicos en el arte, y en la forma que tiene la economía de relacionarse con la sociedad. A este respecto, la belleza es interpretada por la inmediatez, en un tiempo preciso sin espacio circundante. Este es el resultado del proceso estético individualista: interpretar la belleza como producto del individuo y no como sujeto social.