No hace falta ser gay para defender los derechos LGTBIQ+. Tampoco hace falta que tengas un color de piel determinado para defender los derechos humanos de todas las nacionalidades. Así como si eres hombre también puedes defender el feminismo, es decir, la igualdad. Y así también puedes defender los derechos de los animales. Lo único que hace falta es que seas demócrata y creas en la convivencia de todos y todas porque de esto trata vivir en sociedad y este es el significado de ser seres humanos. La democracia es un activo político y social, y por lo tanto es necesaria la actividad de las personas demócratas para garantizar todos los derechos, que desarrollan la convivencia y la justicia social. La actividad de la democracia la proporcionamos no solamente quienes trabajan en política sino también los ciudadanos y ciudadanas que queremos un mundo mejor e igualitario. Activarse como demócrata significa ser partícipe de la sociedad en la que vives. La indiferencia, aunque sea una opción muy individual, no aporta nada a este mundo cada vez más necesitado de personas activas en la defensa de los derechos humanos. Y esto es transversal, da igual el empleo que tengas o el cargo que ostentes, siempre es necesaria la actividad de la democracia para que siga desarrollándose y creciendo hacia niveles más igualitarios. Esto se aprende en la convivencia, conociendo nuestra sociedad y el mundo en el que vivimos. Aprendemos a respetar las diferencias porque lo llevamos implícito como seres humanos a lo largo de nuestra vida. Lo que no podemos permitir es que la democracia sea insultada y vendida en el mercado de los sillones políticos para obtener poder político en detrimento del poder de la democracia. Los derechos humanos no son negociables porque son los derechos que todas las personas adquieren en el momento de nacer y los que conforman las sociedades en los principios de la libertad. Libertad no es recortar derechos humanos, todo lo contrario. Libertad es aportar más poder a la democracia, lo cual significa desarrollar más profundamente los derechos existentes y añadir aún más. Hoy día no hay que defender desde las altas torres de los castillos las supuestas invasiones que vendrán. Hoy día hay que defender la democracia de quienes intentan destruir sus cimientos y evitar su desarrollo y evolución.
Rubén Beat
El ocaso de los perdedoresDemocracia
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