El senderista loco

Miguel Ángel Cañada

Cuadros: su adelfal, caminos, historias, leyendas y mucho más

Miguel Ángel Cañada nos adentra hoy en el paraje de Cuadros con el adelfal más grande de la península y tantos rincones naturales...

 Cuadros: su adelfal, caminos, historias, leyendas y mucho más

Foto: Miguel Ángel Cañada

Adelfal de Cuadros.

Hace apenas unas semanas, mientras caminábamos por el Parque Natural de la Sierra de Huétor, en Granada, nos topamos con una pareja que, perdida en el laberinto de montañas y senderos, buscaba una guía para alcanzar su destino. El azar nos llevó a conversar sobre las sierras de Jaén, sus paisajes encantados y los secretos que esconden sus parques naturales. Venían de Algeciras, aunque él era hijo de la tierra granadina. Nos hablaron de su amor por la montaña, de cómo, siempre que pueden, huyen del bullicio para abrazar el silencio de la naturaleza. Pero al mencionar el Parque Natural de Sierra Mágina, con cierta incredulidad nos dijeron que jamás habían pisado ese lugar, porque, según les habían contado, "no había mucho que ver".

¿Te lo puedes imaginar? ¡Decirme que Mágina no tiene encanto! Entonces, en mi mente, Cuadros se reveló como un susurro, y con la pasión del que guarda un secreto, comencé mi relato:
"Hay un rincón, escondido cerca de Bedmar, que lleva por nombre Cuadros. Allí, nace un río que comparte su nombre, y hace poco, unas pasarelas de madera fueron construidas para guiar a los viajeros hasta su origen. A su lado, el bosque lo escolta: un adelfal, pero no cualquier adelfal... Es el más grande que acaricia la península ibérica, y quizá el segundo en todo el continente europeo. Apenas brota el río, serpentea bajo túneles formados por las ramas entrelazadas de las adelfas. Sus sombras se adueñan del tiempo, dejando que apenas unos tímidos rayos de sol filtren, creando mosaicos de luz, como si los vitrales de una iglesia celestial buscaran una salida. El río, juguetón, se deja engullir por la tierra, para después reaparecer en la Cueva del Agua, como una melena al viento, liberando su frío caudal que busca, entre sombras, la luz suave verdeando entre los olivos.

En sus inmediaciones, si el espíritu mariano os acompaña, encontraréis el Santuario de la Virgen de Cuadros. Se dice que un pastor, guiando a su rebaño, divisó una paloma blanca y, lanzándole una piedra, la alcanzó. Pero al acercarse, no halló un ave herida, sino una imagen de la Virgen, serena y luminosa, aguardando su descubrimiento.



Para quienes prefieren escuchar el eco de la historia, hay una torre que, vigilante y altiva, observa el valle. Aunque cristiana en su origen, parece haber sido precedida por una estructura musulmana. La leyenda murmura que soldados venidos del pueblo de Cuadros, en León, rumbo a la Batalla de las Navas de Tolosa en 1212, tomaron aquel castillo y decidieron bautizar la tierra con el nombre de su hogar.

Pero esto es apenas el comienzo. Para quienes aún duden de los tesoros que esconde Mágina, les diré que al pie de la montaña que reina sobre este valle, hubo un tiempo en que crecían viñedos. La montaña, conocida como Carluco o Carluca, se alza tímida pero firme, alcanzando los 1.440 metros, en silenciosa contemplación de los grandes picos que la rodean. Y aquel adelfal que ya os he mencionado, el más extenso de la península... Pues no está solo.

En lo alto del Carluco y en sus alrededores, el cornetal o cornicabral más grandioso de Europa vive y respira, cubriendo más de 1.000 hectáreas, protegido como una joya singular por la Junta de Andalucía.

Ah, y no puedo olvidar contaros algo curioso: un hórreo gallego, sí, en Bedmar, Jaén, Andalucía. Quizá desconcierte a quien lo vea por primera vez, pero es el testimonio de aquellos gallegos que llegaron durante la reconquista de Bedmar y aquí echaron raíces, dejando huellas como el hórreo, el Molino del Batán en el río Cuadros, y el escudo de armas que adorna esta villa.

Y si aún pedís más, os diré que, cerca del nacimiento del río, yace una cueva que guarda en su interior una necrópolis. Allí descansan, desde hace 5.000 años, los restos de antiguos habitantes, en entierros colectivos que datan de la Edad del Cobre. Apenas han comenzado las excavaciones, y quién sabe qué otros misterios aguardarán en sus entrañas.

Amigo mío, si después de todo esto te has quedado con ganas de más, te contaré que, desde allí, además del corto sendero del Adelfal, puedes aventurarte por el de las Viñas o el del Caño del Aguadero, con la opción de coronar el pico Miramundos, o el Mágina, techo de la provincia de Jaén.
Perdóname si me he extendido, pero cuando me dijiste que te habían contado que en Sierra Mágina no había mucho que ver, no pude resistirme a demostrarte lo contrario. ¿Acaso no te he dejado una lista considerable de maravillas por descubrir, y todo en solo un pequeño rincón del parque?”

Nos despedimos de los perplejos excursionistas de la Sierra de Huétor, y te aseguro que esos, en cuanto puedan, vendrán a Cuadros. Se marcharon boquiabiertos ante el sinfín de historias que este ‘Loco del Sendero’ les había revelado.

Ah, y no creas que me dejé llevar demasiado por la lírica. He tratado de contener mi poesía, para que no me tachen de cursi... Ya sabes que no todos tienen el gusto por la belleza en las palabras."


“Voy subiendo el sendero,
de adelfa, río... pino,
a una iglesia en candelero,
encomiendo mi destino.
A mis ojos se abre el valle,
para Cuadros de pinceles,
de picachos en su entalle,
como altivos donceles.
¡Monte, monte…cornicabra!,
¡déjame que te mire! ...”
Marta Medina Viedma


Nos vemos por las sendas de Jaén. No te pierdas…O sí.